diciembre 06, 2005



Arriba nuestra Bandera.....luego el magnífico Monumento a los soldados muertos en la guerra de Vietnam.

Para los nuestros ningún monumento, ningún recuerdo oficial. Sólo olvido y desprecio. Para nuestros prisioneros de guerra todo el odio de los marxistas. Ninguna indemnización millonaria para sus familiares, ningún juez quizo investigar sus muertes y circunstancias de sus heridas, ni la Corte Suprema. Para sus victimarios la "ley de Amnistía"....para nuestros soldados que combatieron junto a ellos y por ellos la cárcel y los procesamientos en el "negocio de los derechos humanos" de los gobiernos de la concertación.
Debemos hacerles un Memorial; esa debe ser nuestra mínima tarea, luego vendrá la reinvidicación y la Historia COMPLETA.

Aquí va un pequeño reconocimiento para nuestros mártires en la guerra contra el terrorismo que tuvimos (bajas, muertos y heridos por balas, explosivos, accidentes en cumplimiento del servicio por ordenes en la seguridad de la Nación en Estado de Guerra y de Sitio) en Chile. Mis agradecimientos a don Hernán Vázquez Villanueva por ser de su propiedad este listado y poema anónimo quien me lo facilito para este homenaje póstumo.


Un especial reconocimiento a todos aquellos miembros de las Fuerzas Armadas, Carabineros y Policías que sacrificaron su vida o su bienestar por el bien de Chile y los chilenos. Para ellos, el más sincero de los homenajes y nuestra eterna gratitud.

"Adiós" (anónimo)

"Hermano:
Hoy mi pluma nostálgica te recuerda, haciendo remembranza de tu sacrificio.
Caíste, pero caíste dentro de lo más sagrado que tenías: tu uniforme, y por lo más grandioso: tu Patria.
Ya no somos camaradas de profesión; me he permitido llamarte hermano, porque mi sangre ha vibrado en forma inexperimentada al saber que has emprendido el viaje a los Cuarteles Celestiales.
Eres un hijo predilecto de la Patria y ese concepto es algo que reconforta esta pérdida.
Nunca olvidaré esa mano alevosa, asesina, que segó tu vida, mano guiada por una mente enfermiza, llevada por conceptos que ni tú ni yo nunca comprenderemos.
Ideas extrañas que hoy, gracias a nuestra sangre, esa sangre indomable que nos guiaba desde ese lejano 1810, logramos vencer.
Desde estas páginas te digo que tu sacrificio no fue vano; tu semilla queda y brotará en cada uno de los Soldados que te vemos como ejemplo.
Nuestra Bandera tiene hoy un rojo más rojo, un azul más cielo y un blanco más albo, y su Estrella Solitaria se agita, amenazando desprenderse para acoger las almas de todos los Soldados que, al igual que tú, como no habían dado todo por la Patria, ofrendaron su vida.
Hoy, la Estatua del Soldado Desconocido ya tiene nombre: el tuyo, representativo de todos los Soldados que cayeron defendiendo nuestra libertad.
Nada podrá pagar tu ausencia. Cuando los fríos comunicados oficiales me dieron la noticia, mis ojos se nublaron, mis dientes rechinaron y por un momento no viví. Quise ser Marte y Minerva refundidos y ser la saeta vengadora que cortara los vientos y se alojara en los corazones extranjeros responsables de tu muerte.
Pero ya estás vengado; con la libertad de nuestro suelo, con la alegría de vivir en una Nación, con el regreso de esos valores que fueron escuela para todos aquellos que te conocimos.
En este momento te escribo, pero tu recuerdo me hace divagar y centro mis pensamientos en esas frases que tantas veces entonamos: "Yo tenía un Camarada, otro igual no encontraré...", y creo que todo se puede decir con esas palabras.
Camarada de tantas emociones, de tantos sacrificios, de tantos nobles recuerdos: Peldehue, Escuela Militar, Linares, Punta Arenas, Santiago, lugares donde quedaron tu huella y obra de hombre bien nacido, de corazón patriótico, de amante de esta casaca ploma. Ojalá que aquellos que hoy ni tan siquiera osan dar la cara, escudados en fronteras extranjeras, te hubieran conocido y asimilado parte de tu sentir.
Tú eras joven, recuerdas, cuando un día decidiste un camino y llegaste orgulloso de tu uniforme, un Soldado que la Patria conoció. Yo, sólo un amigo que luchaba por llegar a tu lugar, para así aferrar tus presillas y pasear la Bandera rumbo al océano y su inmensidad.
Cuántos rezos, cantos e himnos por su nombre se elevaron; cuántos ojos húmedos de emoción leyeron, en su estrella soñadora, líneas con sentimiento de varón.
Llegó el tiempo en que el hogar habíamos de dejar. Tú querías saludar al Norte, y yo, encontrar aquellos ojos verdes que había dejado en el Sur dándome su adiós.
Caminamos por la Patria a todo vapor, nuestros corazones impacientes nos hacían las millas devorar... Para qué tanto apuro, cuando los aromas del hogar no te quisieron saludar y los ojos que yo estimaba la vida los tuvo que cerrar.
Pasó el tiempo, seguiste caminando, mucho más viejo y vencido, como alma errante, sin puerto donde fondear. Llegó así la noche aquella, la vida siempre amiga nos volvió la cara y mostró su temple y majestad; con furia indescriptible se nos vino encima la tempestad.
Recuerdo aquella promesa, ella fue que un día de nuevo te iba a encontrar. Pasaron muchos años y hoy siento la pena de no haber estado a tu lado y en tu adiós poderte acompañar.
¿Te acuerdas cuando aquel día sentiste mi pena?, hoy por tu pérdida déjame como hombre llorar.
Sí, ya sé que tienes preocupación por tu fusil, aquél que tantos éxitos te dio. No, no te preocupes, en buenas manos está.
Seguramente también piensas en esa linda mujer que te llenó el corazón de emoción, y que tuviste que dejar por esa imprevista destinación. Bueno, son cosas de la vida y nunca ésta ha de cambiar.
Se fue tu vida, pero tu recuerdo vive en nosotros, lo sabio de tus órdenes, la firmeza de tu decisión y el cariño de tu reconvención.
Por eso, en este adiós plañidero, sentimos en nuestras almas tus palabras:
"Se va un Soldado y le dice adiós un Chileno;Hermano y Camarada, descansa en paz."

EJÉRCITO DE CHILE
Muertos
01.- Soldado Abarca Rojas Antonio
02.- Soldado Acevedo Isamit Carlos
03.- Soldado Aguayo Lafquén Francisco
04.- Cabo 2° Aguayo Franco José
05.- Cabo 2° Albornoz Torres Álvaro
06.- Soldado Antilef Gaez Julio
07.- Soldado Arredondo González Hugo
08.- Soldado Astudillo Castro Manuel
09.- Suboficial Avendaño Sánchez Alejandro
10.- Soldado Barraza Pavez Luis
11.- Soldado Betancourt Hermosilla Esteban
12.- Soldado Barahona Aranda Julio
13.- Cabo 2° Barra Martínez Roberto
14.- Teniente Briones Rayo Julio
15.- Cabo 2° Campos Neira Miguel
16.- Coronel Cantuarias Grandón Gustavo
17.- Sargento 1° Cañón Lermanda Sergio
18.- Teniente Carevic Cubillos Luis
19.- Soldado Carrasco González Eduardo
20.- Mayor Carrera Villavicencio José
21.- Soldado Castillo Astorga Luis Hernán
22.- Cabo 2° Castillo Astorga Luis
23.- Sargento Castro Nieto José Misael
24.- Cabo 1° Castro Vega Juan
25.- Empl. Civ. Cerda Espinoza Jorge
26.- Soldado 1° Céspedes Céspedes Julio
27.- Cabo 1° Cifuentes Espinoza Francisco
28.- Cabo 2° Collao Salas Luis
29.- Soldado Correa Amaya Luis
30.- Soldado Correa Contreras Agustín
31.- Soldado 1° Correa Ramírez Hugo
32.- Soldado Cortés Méndez Julio
33.- Soldado Cubillos Portilla Eduardo
34.- Soldado Cuevas Avilés Elías
35.- Soldado Díaz Quezada David
36.- Cabo 2° Dieterich Guerra Rodolfo
37.- Soldado De La Rosa Donoso Eduardo
38.- Teniente Del Campo Lagos Patricio
39.- Sargento 2° Díaz Acevedo David
40.- Soldado Díaz Olivares Rolando
41.- Cabo 2° Espinoza Gallardo Francisco
42.- Soldado Espejo Plaza Sergio
43.- Soldado Figueroa Briones Oscar
44.- Teniente Fort Fort Alfonso
45.- Soldado Fuentes Carreño Sebastián
46.- Soldado Flores Lantadilla Guillermo
47.- Soldado Garrido Guajardo Luis
48.- Suboficial González González Manuel
49.- Cabo 2° González Ulloa José
50.- Soldado Gómez Aravena Patricio
51.- Cabo 2° Guerrero Guzmán Miguel
52.- Soldado 1° Gutiérrez Fuentes Simón
53.- Cabo 2° Hernández Cubillos Cardenio
54.- Capitán Heyder Goycolea Osvaldo
55.- Soldado Huerta Abarca José Luis
56.- Capitán Jaramillo Martínez Eduardo
57.- Cabo 2° Jaramillo Ruz Benjamín
58.- Soldado Jiménez Peralta Luis
59.- Suboficial Jorquera Gutiérrez Guillermo
60.- Subteniente Lacrampette Héctor
61.- Sargento 2° León Acuña Gerardo
62.- Soldado Liencura Curiqueo Manuel
63.- Cabo 2° Luna Barrios Agustín
64.- Soldado López Céspedes Andrés
65.- Cabo 2° Madariaga Valdebenito Ramón
66.- Cabo 1° Martínez Paredes Juan
67.- Soldado Mesías Carvallo Juan Carlos
68.- Sargento 2° Meza Henríquez Carlos
69.- Sargento 2° Meza Torres Carlos
70.- Cabo 2° Mora Narváez Hugo
71.- Soldado Morales Pacheco José
72.- Soldado Muñoz Urrutia Sergio
73.- Soldado Nahuelpan Silva Víctor
74.- Cabo 2° Navarrete Jiménez David
75.- Soldado Naveas San Juan José
76.- Sargento 2° Neeil Morales Waldo
77.- Soldado Ordenes Torres Juan Ramón
78.- Sargento 2° Ortega Garcés Samuel
79.- Sargento 1° Osorio Guerrero Pedro
80.- Soldado Pasten Villalobos Eusebio
81.- Cabo 1° Peña Tapia Rodolfo
82.- Soldado Prado Ortiz Pedro
83.- Teniente Rodríguez Fuchslocher Rodrigo
84.- Cabo 2° Rebolledo Cisternas Gerardo
85.- Soldado Reyes Ramos Antonio
86.- Soldado Reyes Ramos Ramón
87.- Cabo 2° Riveros Bequiarelli Carlos
88.- Tte. Coronel Rojas Lobos Miguel
89.- Cabo 2° Rosales Martínez Roberto
90.- Soldado Salinas Calderón Patricio
91.- Soldado Sánchez Espinoza Julio
92.- Cabo 2° Sandoval Novoa Nelson
93.- Soldado Santibáñez Vargas Clemente
94.- Cabo 2° Schaff Maldonado Francisco
95.- General CJE. Schneider Chereau René
96.- Soldado Segura Sepúlveda Juan
97.- Soldado Silva Molina Ramón
98.- Subofic. May. Tapia Barraza Carlos
99.- Sargento 2° Toro Ibáñez Ramón
100.- Soldado Urrutia Serrano Miguel
101.- General Urzúa Ibáñez Carol
102.- Cabo 2° Venegas Labra Jorge
103.- Tte. Coronel Vergara Campos Roger Juan
104.- Soldado Villa Pavez Juan
105.- Cabo 2° Yánez Durán Hugo
106.- Soldado Zamora Zumarán Teodoro
107.- Teniente Zegers Reed Julio
108.- Soldado Zúñiga Riquelme Abraham
Heridos
01.- Soldado Abrigo Navarro Luis
02.- Cabo 2° Acevedo Millas Jorge
03.- Soldado Acevedo Pezoa Ismael
04.- Cabo 1° Adasme Bernal Víctor
05.- Cabo 1° Águila Coronado Rene
06.- Cabo 2° Aguilante Aguilante José
07.- Cabo 2° Aguilera Zúñiga Luis
08.- Teniente Ahumada Montenegro Luis
09.- Soldado Alfaro Rodríguez Luis
10.- Sub Teniente Amo Poblete Antonio
11.- Sargento 2° Andwanter Segismundo
12.- Soldado Antilef Ulloa Julio
13.- Cabo 2° Arancibia Castillo Domingo
14.- Cabo 2° Araneda Muñoz Hugo
15.- Soldado Araya Gerardo Carlos
16.- Soldado 1° Arcos Alvarado Abraham
17.- Soldado Arias Lagos Luis
18.- Cabo 2° Ascencio Cabezas Juan
19.- Cabo 2° Asenjo Coronado Juan
20.- Cabo 2° Ávila Gutiérrez Luis
21.- Sargento 2° Badía Huerta Rodolfo
22.- Soldado Baeza Villablanca Juan
23.- Soldado 2° Barcea Gutiérrez Nicolás
24.- Soldado Barraza Bugueño Marcos
25.- Cabo 1° Barrera González José
26.- Suboficial Barrera Infante Carlos
27.- Soldado Barría Barría José
28.- Teniente Barros Garrica Ricardo
29.- Teniente Bascur Gaete Julio
30.- Cabo 2° Bilbao González Ramiro
31.- Cabo Alumno Bimisoletz José
32.- Soldado Burboa Aburto Jorge
33.- Cabo 2° Burgos Cerpa Carlos
34.- Cabo 1° Burgos Martínez Lupercio
35.- Soldado Burgos Mendoza Pedro
36.- Soldado Bustamante Bustos Oscar
37.- Soldado 1° Bustamante Reyes Mario
38.- Soldado Bustos Bustos Juan
39.- Sargento 1° Cáceres Cáceres Luis
40.- Soldado Canales Cautivo Joel
41.- Soldado 2° Canales Crutiño Joel
42.- Soldado 1° Cancino Gutiérrez Juan
43.- Cadete Cano Cornejo Jaime
44.- Cabo 2° Cárdenas López Carlos
45.- Cabo 2° Cares Jirón Jorge
46.- Cabo 1° Carrasco Flores Alejandro
47.- Cabo 1° Carrasco Infante José
48.- Soldado Castillo Jara Juan
49.- Teniente Castro Herrera Marcos
50.- Soldado (F) Castro Possi Carla
51.- Soldado 1° Cataldo Véliz Rigoberto
52.- Soldado Cerda Figueroa Antonio
53.- Suboficial Cerda Palacios Pedro
54.- Sargento 2° Cereceda Ramírez Juan
55.- Soldado Chacana Pérez Manuel
56.- Subof. Mayor Chimaja Pino Florindo
57.- Mayor Contreras Prieto Luis
58.- Soldado 1° Contreras Riquelme José
59.- Soldado Cortes Godoy Héctor
60.- Teniente Cortes Valdivia Juan
61.- Teniente Cruz Llorente José
62.- Soldado 2° Delgado Arriagada Víctor
63.- Cabo 1° Delgado Carrasco Hugo
64.- Soldado Díaz Arios Manuel
65.- Soldado Díaz Díaz Miguel
66.- Soldado Díaz García Juan
67.- Cabo 2° Díaz Pavez David
68.- Soldado Duran Santibáñez Luis
69.- Soldado 2° Duran Santibáñez Moisés
70.- Soldado Echeverría Solano Juan
71.- Cabo 2° Elizondo Aravena Manuel
72.- Cabo 2° Espinoza Palma Rogelio
73.- Sargento 1° Faúndez Hernández Abelardo
74.- Cabo 1° Fernández Lobos Juan
75.- Sargento 2° Fernández Saúl Enrique
76.- Soldado 2° Ferrada Allende Gabriel
77.- Cabo 2° Feutchman Alcántara Enil
78.- Soldado Figueroa Briones Oscar
79.- Cabo 2° Figueroa Guzmán Héctor
80.- Cabo 2° Figueroa Urtubia Oscar
81.- Cabo 2° Alumno Flores González Luis
82.- Soldado 2° Flores Tamayo Patricio
83.- Soldado Flores Ernesto
84.- Alférez Formur Pedro
85.- Soldado 2° Fritz Peña Mario
86.- Cabo 2° Fuentealba Escobar Maximiliano
87.- Cabo 1° Fuentes Moraga Jorge
88.- Soldado Fuentes Toro Robinson
89.- Cabo 1° Fuenzalida Riquelme Juan
90.- Soldado Gálvez Peña Manuel
91.- Cabo 2° Gallardo Cárcamo Leonidas
92.- Subteniente Garate Gálvez Alejandro
93.- Cabo 2° Garrido Barraza Víctor
94.- Soldado Garrido Hernández Emiliano
95.- Cabo 2° Garrido Salgado Luis
96.- Teniente Gómez Muller Luis
97.- Soldado 1° Gómez Parra Claudio
98.- Teniente Coronel González Buzeta Alberto
99.- Soldado González Campos Miguel
100.- Cadete González Cisternas Iván
101.- Cabo 2° González Martínez Arturo
102.- Cabo 2° González Pinto Jorge
103.- Cabo 1° González Tobar Juan
104.- Soldado 2° Gordillo Albornoz Felipe
105.- Soldado Guerrero Varas Rodolfo
106.- Cabo 1° Henríquez Ramos Eddie
107.- Soldado Henríquez Ramos Eloy
108.- Soldado 2° Herrada Allende Gabriel
109.- Alférez Herrera Cuevas Claudio
110.- Soldado 1° Hernández Aburto Pedro
111.- Soldado Hernández Castro Mauro
112.- Cadete Hernández Soto Sergio
113.- Soldado Hidalgo Arriaza Guillermo
114.- Cabo 2° Hueñuñir Guzmán Armando
115.- Capitán Iturra Mery Jorge
116.- Cabo 2° Jara Fuentes Juan
117.- Sargento 1° Jiménez Quintana Francisco
118.- Soldado Keim Saldivia Hugo
119.- Soldado Lara Uribe Juan
120.- Capitán Lazo Pozzi Jorge
121.- Soldado Lazo Santibáñez Carlos
122.- Sargento 2° León Pedro Segundo
123.- Soldado Leyton Roger Luis
124.- Soldado Lira Matus José
125.- Soldado López Barros Manuel
126.- Soldado López Briones Raúl
127.- Cabo 1° López Lobos Iván
128.- Cabo 1° Loveras Arias Mario
129.- Capitán Mac Lean Vergara Juan
130.- Soldado Madrid Jara Luis
131.- Suboficial Maldonado Carvajal José
132.- Soldado Maldonado Costa Jacinto
133.- Soldado Maldonado Orellana Arturo
134.- Cabo 2° Maricabrin Ramin José
135.- Soldado Mancilla Mancilla Neftali
136.- Mayor Mandiola Arredondo Jorge
137.- Soldado Manríquez Contreras José
138.- Soldado Marcoleta Hevia Raúl
139.- Teniente Martínez Menanteau Carlos
140.- Cabo 2° Martínez Osses Juan
141.- Cabo 2° Mayorga Chandía Venancio
142.- Cabo 2° Melian Bórquez Antonio
143.- Cabo 1° Melian Vásquez Antonio
144.- Cabo 2° Mella Diocares Ramón
145.- Soldado 2° Mena Páez Carlos
146.- Cabo 1° Melo San Martín Reinaldo
147.- Soldado Millalonco Aguilante Benjamín
148.- Cabo 2° Alumno Millalonco Angulo José
149.- Soldado Millán Antiman Luis
150.- Cabo 1° Montenegro Valenzuela José
151.- Sargento 1° Montoya Roldan Pedro
152.- Cabo Alum. Morales Gallardo Osvaldo
153.- Cabo 1° Moya Tapia Orlando
154.- Soldado 1° Muñoz Abello Sergio
155.- Cabo 1° Muñoz Aguirre Walter
156.- Soldado 1° Muñoz Arroyo Carlos
157.- Cabo 2° Muñoz Cassas Alberto
158.- Soldado Muñoz Hernández Osvaldo
159.- Soldado Muñoz Lagos Osvaldo
160.- Soldado Muñoz Leyton Miguel
161.- Soldado Muñoz Tapia Jaime
162.- Soldado Navarrete Torres Luis
163.- Cabo 1° Olivares Araneda Rafael
164.- Cabo 2° Opazo Tunaca Roberto
165.- Cabo 2° Orellana Estay Ángel
166.- Soldado Orellana Quijada Gustavo
167.- Soldado Ormeño Sepúlveda Manuel
168.- Cabo 1° Padilla Galaz Florentino
169.- Sargento 2° Palacios Salinas Julio
170.- Cabo 2° Palma López Carlos
171.- Cabo 2° Parada Araya Sebastián
172.- Soldado Pasten Pastén Patricio
173.- Cabo 2° Patiño Gutiérrez Rene
174.- Soldado Peña Leal Emilio
175.- Cabo 1° Pérez Fuentes Egidio
176.- Cabo 1° Pérez Morales Juan
177.- Soldado Pinilla González Enrique
178.- Cabo 2° Pinilla Palma Luis
179.- Soldado Pizarro Dupuy Enrique
180.- Soldado Quijada Orellana Rubén
181.- Teniente Quiroga Ortega Julio
182.- Soldado Ramírez Rojas Víctor
183.- Soldado Ramos Cancino Luis
184.- Cabo 2° Ramos Del Campo Luis
185.- Soldado Ramos Meneses Leoncio
186.- Subteniente Raruank Castro Jorge
187.- Soldado Rebolledo González Rigoberto
188.- Soldado Rees Erlandsen Roberto
189.- Soldado Riquelme Monsalve Miguel
190.- Cabo 2° Riquelme Riquelme Carlos
191.- Cabo 2° Roca Beas Pablo
192.- Teniente Rojas Pino Rómulo
193.- Soldado Rojas Saavedra Hugo
194.- Soldado Román Núñez Pedro
195.- Cabo 2° Rosales Poblete Rosendo
196.- Soldado Rulino Miranda Víctor
197.- Soldado Ruiz Santander Pablo
198.- Cabo 2° Ruz Romero Manuel
199.- Sargento 2° Salazar Jaque Gregorio
200.- Cabo 2° Saldáis Martínez Luis
201.- Soldado Salgado Vargas Alejandro
202.- Soldado 1° Sánchez Pino Hugo
203.- Soldado Sanhueza Riquelme Luis
204.- Soldado Santander Muñoz Patricio
205.- Capitán Schaffhauser Camposano Aníbal
206.- Soldado Sepúlveda Carrasco Alfredo
207.- Soldado Sepúlveda Gallardo Mario
208.- Cabo 2° Silva Jélvez Narciso
209.- Subteniente Solorza Hoffmann Jorge
210.- Soldado Soro Santibáñez Carlos
211.- Subteniente Sovino Hernán
212.- Soldado Soto Cuevas Osvaldo
213.- Teniente Soto Vidal Claudio
214.- Soldado Tapia Lillo Francisco
215.- Cabo 1° Tapia Ortega Pedro
216.- Soldado (F) Telchi Sanhueza Maraima
217.- Soldado Toledo Parra Carlos
218.- Soldado Toledo Vásquez Carlos
219.- Cabo 2° Toro Pérez Exequiel
220.- Cabo 2° Torres Contreras Obbel
221.- Soldado Torres León Fernando
222.- Cabo 2° Uribe Hernández Guillermo
223.- Capitán Urrich González Gerardo
224.- Soldado Urrutia Mariman Héctor
225.- Cabo 2° Uson Cabrera Jorge
226.- Soldado Valderrama Inostroza Pedro
227.- Cabo 1° Valdivia Flores Jorge
228.- Soldado Valenzuela Cisternas Héctor
229.- Suboficial Valenzuela Valenzuela Miguel
230.- Sargento 1° Vargas Díaz Arnoldo
231.- Soldado Vargas Reyes Ricardo
232.- Cabo 1° Vásquez Rodríguez Víctor
233.- Capitán Vega Clavero Juan
234.- Cabo 2° Vergara Tapia Ricardo
235.- Cabo 2° Vidal Figueroa Jorge
236.- Soldado Videla Alfaro Benito
237.- Soldado Villarroel Arancibia Víctor
238.- Soldado Wiston Mancilla Juan
239.- Teniente Woolvet Roderich
240.- Soldado 2° Yánez Arroyo Bernardo
241.- Sargento 1° Yoo Pinedo Andrés
242.- Cadete Zanetti Muñoz Roberto
243.- Cabo Alumno Ziem Godoy Guillermo
244.- Soldado 1° Zúñiga Aguilera Octavio
245.- Cabo 2° Zúñiga Carvajal Luis
246.- Soldado Zuluaga Rojas Mario
247.- Soldados Heridos Sin Identificación: 3
Secuestrados
01.- Coronel Haeberle Rivadeneira Mario
02.- Tte. Coronel Carreño Barrera Carlos
Desaparecidos
01.- Soldado Bioley Ojeda Manuel
02.- Soldado Buchhorsts Fernández José
03.- Soldado Carrasco Matus Carlos
04.- Soldado Pantoja Rivera Sergio
05.- Soldado Peña Fuenzalida Juan
06.- Empleado Civil Castro Villanueva Isidoro
07.- Empleado Civil Quezada Mundaca Hernán

ARMADA DE CHILE

Muertos

01.- Cap. Navio Araya Peters Arturo
02.- Teniente 1° Chesta Mouisset Cesar Omar
03.- Suboficial Constant Víctor
04.- Sargento 1° Cruz Olivares Armando
05.- Marino en retiro Droguett, Jorge

06.- Cabo 1° I.M. Faúndez Hulin Hugo
07.- Marinero González Carlos
08.- Sargento Lara Arriagada Rene
09.- Teniente 2° Matamala Carlos
10.- Cadete Murphy Rojas Allan John
11.- Grumete Montenegro Fernando
12.- Grumete Núñez Juan
13.- Teniente 2° Parada Víctor
14.-Marinero conscripto Pérez, Moisés

15.-Grumete Pérez Moisés
16.- Marinero Rebolledo Marcos
17.- Cabo 1° Sacco Valencia Aldo
18.- Cabo 1° Villegas Sepúlveda Pedro
19.- Marinero Yánez Manuel

Heridos
01.- Cabo 2° Carvajal Zavala Luis
02.- Cadete Espinosa Mario
03.- Sargento 2° Salinas Herrera Mario
04.- Cabo 1° I.M. Medalla Salinas Juan

FUERZA AÉREA DE CHILE
Muertos
01.- Cdte. Esc. Fuentes Morrison Roberto
02.- Suboficial Pavéz González, Eduardo
03.- Sargento González Nuñez, Marmaduque
04.- Cabo Jara Gómez, Mario
05.- Cabo Saavedra Ortiz, Néstor
06.- Cabo salinas Huerta, Hugo
07.- Soldado Villalón Raby, Miguel
Heridos.
01.- Cdte. Escuad. Núñez Magaña Erwin
02.- Cabo 1° Gutiérrez Celis Carlos
03.- Cabo Silva Silva, Luis
Desaparecidos.
01.- Soldado González Pérez Rodolfo

CARABINEROS DE CHILE
Muertos

01.- Sargento 1° Aguayo Bustos Anselmo
02.- Cabo 1° Alcayaga Cerda Bernardo
03.- Teniente Allende Ovalle Julio
04.- Sargento 2° Alvarado Muñoz Luis
05.- Carabinero Álvarez Mondaca José Isaías
06.- Subteniente Amar Iturrieta Juan Carlos
07.- Empleado Civ. Anabalón Vergara Sergio
08.- Carabinero Apablaza Brevis José
09.- Carabinero Aravena Cáceres Elvis
10.- Suboficial Aravena Sanhueza Uldaricio
11.- Cabo 2° Arias Cerda José
12.- Cabo 2° Arocca Cuevas Exequiel
13.- Cabo 2° Bahamondes Elgueta Ramón
14.- Carabinero Barriga Arriagada Mario
15.- Mayor Benimelli Ruz Julio Eladio
16.- Sargento 2° Beroiza Carrasco Juan
17.- Cabo 1° Burdiles Vargas Bruno
18.- Cabo 2° Cáceres Opazo Juan Ángel
19.- Cabo 2° Canihuante Astudillo Patricio
20.- Carabinero Cariaga Mateluna Pedro
21.- Carabinero Cartes Jorge
22.- Cabo 2° Castillo Concha Ramón
23.- Carabinero Castillo Lara Patricio
24.- Carabinero Cifuentes Cifuentes Esteban
25.- Cabo 2° Cofre López Armando
26.- Carabinero Cretton Vargas Emilio
27.- Capitán Dávila Rodríguez José Héctor
28.- Cabo 2° Delgado Vergara Patricio
29.- Carabinero Díaz Botarro Ernesto
30.- Carabinero Erices Fica José
31.- Cabo 1° Espinoza Faúndez Orlando
32.- Cabo 1° Fuentealba Ascencio Héctor
33.- Cabo 2° Fuentes Pineda Luis
34.- Cabo 1° Godoy Palma Washington
35.- Carabinero González Calquin Jaime
36.- Carabinero González Urzúa Fabriciano
37.- Sargento 2° González Valenzuela Carlos
38.- Cabo 2° Gutiérrez Urrutia Tomas
39.- Cabo 1° Herrera Serrano José
40.- Carabinero Herrera Urrutia Juan
41.- Sargento 2° Hormazábal Núñez Juan De Dios
42.- Sargento 1° Inostroza Molina Nicomedes
43.- Teniente Jiménez Cadieux Ramón
44.- Sargento 2° Jofré Jofré José Antonio
45.- Carabinero Jorquera Gálvez José Miguel
46.- Cabo 1° Lamoza Arce Carlos Jesús
47.- Cabo 2° Leiva González Daniel
48.- Carabinero López Acosta Héctor
49.- Carabinero López Contreras Samuel
50.- Carabinero Lucero Ayala Raúl Arturo
51.- Subteniente Luzza Fuenzalida Sergio
52.- Cabo 2° Llanco Catrilelbun Pedro
53.- Carabinero Maldonado Inostroza José
54.- Cabo 2° Marillanca Garate Leonardo
55.- Carabinero Martínez Cortes Misael
56.- Sargento 1° Martínez Vargas Mario
57.- Mayor Muñoz Carrasco Osvaldo
58.- Cabo 1° Neumann Adriazola Alberto
59.- Carabinero Novoa Escobar Heriberto
60.- Cabo 2° Núñez Henríquez Pedro
61.- Cabo 2° Orellana Gutiérrez Raúl
62.- Cabo 2° Parra Aguayo Jaime
63.- Cabo 2° Pavez Ortiz Julio
64.- Sargento 2° Pereira Pereira Tulio
65.- Carabinero Pérez Brito Francisco
66.- Cabo 2° Pincheira Armijo Héctor
67.- Teniente Pizzoleo Canales José Luis
68.- Sargento 2° Rival Valdés Luis Hernán
69.- Teniente Rivera López Alfonso
70.- Carabinero Rivera Rojas Alfredo
71.- Carabinero Rodríguez Núñez Patricio
72.- Cabo 2° Rojas Villanueva Robinson
73.- Teniente Sáenz Neira Jaime Luis
74.- Sargento 2° Salas Lineros Pedro
75.- Carabinero Sandoval Fonseca José
76.- Cabo 2° Sandoval Mendoza Jaime
77.- Cabo 1° Sandoval Soto Enrique
78.- Cabo 2° Sazo Castillo Ángel
79.- Cabo 2° Serey Abarca Luis
80.- Cabo 2° Silva Pizarro Pablo
81.- Subteniente Tamayo Medina Eduardo
82.- Carabinero Toledo Trejo Hugo
83.- Sargento 2° Toloza Sepúlveda Leopoldo
84.- Cabo 2° Trincado Rojas Santiago
85.- Sargento 2° Valenzuela Loyola Manuel
86.- Cabo 2° Vargas Sepúlveda Juvenal
87.- Carabinero Vásquez Tobar Miguel
88.- Carabinero Vega Antiquera Martín
89.- Suboficial Wetling Wetling José
Heridos.
01.- Cabo 1° Acevedo González Hernán
02.- Cabo 1° Agüero Vargas José
03.- Cabo 1° Aguilar López Luis
04.- Cabo 1° Aguilera Rivera José
05.- Cabo 2° Aguirre Chávez Marcos
06.- Carabinero Aladino Casanova Luis
07.- Carabinero Álvarez Mondaca José
08.- Cabo Araya Cabrera Juan
09.- Cabo Araya Mondaca Guillermo
10.- Carabinero Aravena Rodríguez Carlos
11.- Carabinero Aravena Alberto
12.- Sargento 2° Arenas Avendaño Luis
13.- Cabo Arias Farias Eugenio
14.- Carabinero Arratia Ruz Luis
15.- Carabinero Armijo Pinto Alex
16.- Cabo 1° Astudillo Contreras Víctor
17.- Subteniente Baeza Marín Braulio
18.- Carabinero Barraza Vega Carlos
19.- Carabinero Bermúdez Escobar Ernesto
20.- Teniente Bezmarinovic Hidalgo Iván
21.- Cabo 1° Cáceres Sandoval Hermógenes
22.- Cabo 1° Campos Espinoza Héctor
23.- Carabinero Canales Gallegos Fortunato
24.- Cabo 1° Caneo Ponce Leonardo
25.- Carabinero Cantera Arce Belarmino
26.- Capitán Cañón Sepúlveda Oscar
27.- Cabo 1° Cares González Eduardo
28.- Cabo 2° Carrasco Bustos Marcos
29.- Cabo 2° Carrasco Espinoza José
30.- Carabinero Carrasco Pino Luis
31.- Carabinero Cartes Cifuentes Jorge
32.- Cabo 2° Castillo Garrido Héctor
33.- Cabo 2° Castillo Bernardo
34.- Teniente Cerón Rene
35.- Cabo 2° Chavarría Dávila Luis
36.- Carabinero Colarte Luis
37.- Sargento 2° Contreras Carrasco Marcial
38.- Cabo Contreras Ricardo
39.- Cabo 2° Córdoba Salinas José
40.- Carabinero Correa Larraguibel Luis
41.- Carabinero Cortes Javier
42.- Sargento 2° Cuevas Román Luis
43.- Cabo 2° Cruz Pérez Patricio
44.- Cabo 1° Del Rió Méndez Miguel
45.- Cabo 1° Díaz Rojas Germán
46.- Carabinero Escobar Cantillana Jorge
47.- Carabinero Escobar Navarrete Mario
48.- Cabo Erices Rodríguez José
49.- Carabinero Espíndola Jorge
50.- Cabo 2° Espinoza Flores Silvio
51.- Sargento 2° Fuentes Márquez Ismael
52.- Teniente Fuentes Rodolfo
53.- Subteniente Faúndez Rodríguez Nelson
54.- Cabo 2° Faúndez Vega Hugo
55.- Cabo 1° Fernández Valenzuela Abelardo
56.- Cabo Flores Roberto
57.- Cabo Fuentes Sáez Jaime
58.- Cabo 2° Fuentes Silva Maximiliano
59.- Carabinero Fuentes Villalobos Claudio
60.- Teniente Fuenzalida López Cristian
61.- Carabinero Gajardo Riveros Palminio
62.- Sargento 2° Galdames Miguel
63.- Carabinero Gallegos Fernández Luis
64.- Cabo Garay Triviño Carlos
65.- Carabinero Gómez Acosta Héctor
66.- Carabinero Gómez Briones Luis
67.- Cabo 2° González Rojas Jorge
68.- Carabinero Gutiérrez Romero Ramón
69.- Subteniente Haaerman Ritter Kurt
70.- Suboficial Hernández Araya Laureano
71.- Cabo 1° Hormazábal Díaz Osvaldo
72.- Teniente Coronel Jaque Luis
73.- Sargento 2° Jara Rivas Ernesto
74.- Carabinero Jara Danor
75.- Carabinero Jélves Muñoz Daniel
76.- Cabo 1° Jiménez Soto Julio
77.- Sargento 2° Jofré Salazar Lorenzo
78.- Cabo 1° Landeros Díaz Neftali
79.- Cabo Lara José
80.- Cabo 1° Lara Orellana Ricardo
81.- Cabo 1° Laurence Zagal Edgardo
82.- Cabo Lazcano Arriagada Héctor
83.- Cabo 1° Leal Leal Osvaldo
84.- Carabinero Lepe Silva Hugo
85.- Cabo 2° Letelier Álvarez Manuel
86.- Cabo Leyton Astudillo Pedro
87.- Carabinero López Jiménez Alberto
88.- Cabo Marchant Lastra Manuel
89.- Cabo Mardones Pérez Ramberto
90.- Teniente Markusovic Esteban
91.- Carabinero Martín León Ricardo
92.- Carabinero Martínez Agüero Hernán
93.- Carabinero Martínez Barraza Patricio
94.- Teniente Matus Jorge
95.- Carabinero Méndez Díaz Eduardo
96.- Carabinero Merino Hernán
97.- Cabo 1° Miranda Barrientos Luis
98.- Carabinero Miranda Martínez Rodolfo
99.- Carabinero Miranda Martínez Luis
100.- Teniente Montecinos Verdejo Fernando
101.- Cabo 1° Morales Orellana Luis
102.- Carabinero Muñoz Alarcón José
103.- Suboficial Muñoz Cifuentes Marcelo
104.- Carabinero Muñoz Palominos Patricio
105.- Cabo 2° Muñoz Rojas Víctor
106.- Carabinero Muñoz Ulloa Felidor
107.- Cabo 1° Naranjo Valenzuela Luis
108.- Cabo 1° Navarrete Fernández Rodrigo
109.- Cabo 2° Navarrete Fuentes Ismael
110.- Mayor (F) Olderock Ingrid
111.- Carabinero Olmedo Cornejo Luis
112.- Cabo 1° Oporto Catrimán Roberto
113.- Carabinero Osorio Marcos
114.- Carabinero Oyarzún Labra Luis
115.- Sargento 2° Pacheco Contreras Rafael
116.- Carabinero Pavez Quiroz Ramón
117.- Suboficial Pérez Chueca Hernán
118.- Teniente Pérez Soto Hugo
119.- Cabo Pimentel Muñoz Víctor
120.- Carabinero Pincheira Chávez Bernabe
121.- Carabinero Pino Soto Carlos
122.- Carabinero Pozo Reyes Marcos
123.- Teniente Puler Luis
124.- Carabinero Quelin Vargas Luis
125.- Cabo 2° Quero Hormazábal Rafael
126.- Cabo 1° Quezada Celis Ricardo
127.- Cabo Quezada Leal Pedro
128.- Carabinero Quevedo Muñoz José
129.- Sargento 1° Quinteros González Luis
130.- Cabo Ramírez Pérez Omar
131.- Cabo 1° Ramírez Reyes Luciano
132.- Subteniente Retamal Loyola Juan
133.- Carabinero Reyes Aburto Pablo
134.- Sargento 1° Reyes Díaz José
135.- Teniente Ritter Alexander Cristian
136.- Teniente Rodríguez Treskow Víctor
137.- Carabinero Rojas Díaz Luis
138.- Teniente Rojas Rivera Danilo
139.- Carabinero Rojo Suazo Ramón
140.- Sargento 2° Romero Bravo Mario
141.- Teniente Romo Acuña Ricardo
142.- Carabinero Rozas Fuentes Jaime
143.- Carabinero Ruz Madrid Patricio
144.- Cabo 2° Ruz Meneses Francisco
145.- Cabo Salas Alvarado Rubén
146.- Carabinero Salas Galaz Héctor
147.- Carabinero Sánchez Medel Luis
148.- Cabo 1° San Martín Zapata Héctor
149.- Carabinero Sandoval Valdés Antonio
150.- Cabo 2° Sepúlveda Anabalón Carlos
151.- Cabo 2° Solorza Suazo Danilo
152.- Carabinero Silva Carvajal Víctor
153.- Cabo 1° Soriano Vargas Fernando
154.- Sargento 2° Soto Salazar José
155.- Teniente Tabra Checura Jordán
156.- Teniente Tamburini De La Fuente Mario
157.- Carabinero Tapia Méndez José
158.- Carabinero Toro Florentino
159.- Teniente Torres Jorge
160.- Cabo 1° Uribe Luengo Oscar
161.- Teniente Urra Gutiérrez Guillermo
162.- Carabinero Urrutia Soto Carlos
163.- Carabinero Valdovinos Bravo Leandro
164.- Cabo Valenzuela Alejandro
165.- Carabinero Vallejos Retamales José
166.- Cabo Vargas Escobar Miguel
167.- Cabo Vargas Torres Luis
168.- Carabinero Vega Quintanilla José
169.- Cabo 1° Vega Vega Bernardo
170.- Sargento 2° Vejar Rojas Alberto
171.- Cabo 1° Vergara Cancino José
172.- Carabinero Vidal Lorenzo
173.- Carabinero Villagrán Víctor
174.- Cabo 2° Villarroel Burgos José
175.- Carabinero Yánez Muñoz Mario
176.- Carbineros Heridos Sin Identificación : 87
Secuestrados
01.- Carabinero Gutiérrez Héctor
02.- Carabinero Secuestro En Concepción: 1

POLICÍA DE INVESTIGACIONES DE CHILE
Muertos
01.- Detective Bustos Farias Nelson
02.- Detective Carrasco Blu Luis Hernán
03.- Guardia Cortes Vásquez José
04.- Conductor González Saavedra Luis
05.- Detective Henríquez Aliste Héctor
06.- Detective Lagos Eyzaguirre Hugo Luis
07.- Detective Marín Heriberto
08.- Conductor Osbén Cuevas Sergio
09.- Detective Pérez Carlos
10.- Detective Reyes Urra Ricardo
11.- Detective Rodríguez Alcaíno Gabriel
12.- Detective Rodríguez Muñoz Manuel
13.- Detective Romero Gerardo
Heridos
01.- Inspector Cárdenas González Jorge
02.- Detective Henríquez Callejas Oscar
03.- Detective Inostroza Muñoz Juan Carlos
04.- Inspector López Dagoberto
05.- Detective Mac Lean Silva José
En 1995 mi padre ingresaba al Penal de Punta Peuco para cumplir la injusta condena que le impuso la venganza oficial de los gobiernos marxistas y ladrones de la concertación. Como buen soldado la obedeció.

Durante seis años tuve que ir a verlo a esa cárcel distante a unos 35 kilómetros al norte de Santiago; seis años de sacrificio, pena y dolor. Y lo peor estaba por venir.

Cuando salió en libertad se fue a una casa que arrendó, pensado todos que lo dejarían en paz. Pero el odio y la venganza han sido más fuerte, debido a la cobardía de aquellos que debieron defender sus derechos y de otros que vendrían. Se nombraron jueces “especiales” con el único propósito de seguir haciendo latir la revancha marxista; jamás para dejar en paz a los militares.

Se cometieron las siguientes inconstitucionalidades e ilegalidades por parte de nuestras autoridades tanto políticas, legislativas y judiciales, así como el silencio de muchos:


Situación Judicial Actual:

BAJAS: Militares 760. Terroristas 3.000

AMNISTIADOS: Militares 57. Terroristas 8.893

INDULTADOS: Militares 1. Terroristas 292

FUGADOS: Militares 0. Terroristas 57

PROCESADOS: Militares 462. Terroristas 0

CONDENADOS: Militares 23. Terroristas 0


En enero de 2005 mi padre fue violentamente detenido por determinados funcionarios de la Policía de Investigaciones, a la cual la han convertido en la Policía Política de los gobiernos marxistas de la concertación.

Además de golpear a mi padre (a quien le rompieron su bolsa de colostomía) lo hicieron también con mi hermana Alejandra; no se si estuvo bien que yo no estuviera presente aquel día en esos momentos. De haber estado seguramente no estaría escribiendo estas líneas ya que al ver las imágenes filmadas del cómo procedieron, habría actuado y estaría muerto; pero me habría llevado conmigo a dos o tres. Y es en serio.

Esta situación de permanente persecución, procesamiento y condenas por los tribunales de justicia con jueces altamente politizados de tendencias comunista o socialista, la hice presente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA a instancias de la abogado Cristina Cerna de ese Organismo, mediante la presente Denuncia:


Honorable Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Washington D.C.
Julio 22, 2005
Presente:


Estimados Señores:

Mi padre el General (r) del Ejército de Chile Manuel Contreras Sepúlveda ha sido condenado por varias muertes ocurridas entre 1974-1977 cuando cumplió funciones de Inteligencia.

Se vino a procesar a mi padre luego de casi 30 años de sucedidos las muertes y se le condenó en estos momentos ya a más de 25 años de cárcel y se le sigue enjuiciando por otros casos cuyos jueces ya tienen la disposición de condenarlo lo que sumará más de 60 años de cárcel.

Todos estos casos se encuentran amparados por la ley de Amnistía de 1978 la cual no ha sido derogada y se ha aplicado a más de 8.890 personas quienes se encuentran beneficiadas por ella y hoy están en completa libertad.

El gobierno y organizaciones comunistas han obligado a los jueces a no aplicar esta amnistía a mi padre, inventando un delito no contemplado en ninguna ley chilena denominado "secuestro permanente" por ser personas desaparecidas, pero infringiendo abiertamente la Constitución Política de Chile y el Principio de Irretroactividad de la Ley Penal ahí consagrado, con gran apoyo de los medios de prensa controlados por el gobierno de Chile, pero hay jueces (Corte de Apelaciones de Santiago) que sí han aplicado esta amnistía para él en otros casos señalando "que dicha amnistía no es incompatible con los Convenios de Ginebra de 1949, ni con su Protocolo Adicional, ratificado por Chile en 1991, ni con la Convención contra la Tortura, ratificada en 1998, ni con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado en 1989 y que reconoce expresamente la eficacia de la amnistía, ni la Convención de Derechos Humanos, publicada en 1991, pues entre otras razones no puede pretenderse que ellos tengan aplicación a hechos acaecidos con anterioridad a su incorporación al derecho interno".

Este ha sido un fallo judicial que dice todas las infracciones que han cometido otros jueces y con el apoyo del gobierno que no han aplicado la amnistía en casos anteriores, actuales y futuros por los que se le está condenando.

En estos momentos mi padre cumple pena de 15 años por un caso, 12 por otro y varios más que están en etapa de sentencia.

Él tiene 76 años, está enfermo de cáncer, diabetes, hipertensión, colostomía y colapso nervioso severo. Se encuentra casi en aislamiento y contacto con otras personas también condenadas.

Chile abolió la pena de muerte, pero con la cantidad de años que están condenando a mi padre algunos jueces y un gobierno vengativo que se ha salido de la Constitución, lo están condenado a una muerte "virtual".

Eso es cuanto puedo denunciar y espero que nos ayuden antes que mi padre muera en la cárcel por haber sido condenado sin aplicársele la ley de Amnistía de 1978”.


Esta Denuncia me fue contestada:

ORGANIZATION OF AMERICAN STATES
Washington, D.C. 20006 U.S.A.


19 de agosto de 2005


REF: Manuel Contreras Sepúlveda
P-811-05
Chile

Estimado Señor Contreras:

Tengo el agrado de dirigirme a usted en nombre de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el objeto de acusar recibo de su comunicación del 22 de julio de 2005, recibida en esta Secretaría Ejecutiva el 22 de julio de 2005, con relación a su denuncia en contra del Estado de Chile, la cual ha sido registrada bajo el número que aparece en la referencia.

Cumplo con informarle que el reclamo presentado se encuentra actualmente bajo estudio conforme a las normas reglamentarias vigentes y que la Secretaría Ejecutiva de la Comisión se pondrá en contacto con usted oportunamente con el objeto de informarle su resultado.

Aprovecho la oportunidad para saludar a usted muy atentamente.


Ariel E. Dulitzky
A cargo de la Secretaría Ejecutiva


Pero esta denuncia se hizo pública en agosto de 2005 y con fecha septiembre 14, se me informó que “tras haber completado el estudio, no es posible dar trámite a su petición debido a que la información contenida en ella no satisface los requisitos establecidos en el Reglamento y demás instrumentos aplicables. En especial, porque con dicha información no es posible determinar si se han agotado los recursos de la jurisdicción interna”. Esta vez lo firma Santiago A. Canton, Secretario Ejecutivo.

Y ¿saben quien es el Jefe de la OEA? José Miguel Insulza, ex Ministro del Interior del gobierno marxista de la concertación, de Lagos Escobar.


Pero no me quedé tranquilo y envié esta misiva a varias personas quienes nada o muy poco pudieron hacer:

1-Vi como se constituían "jueces especiales" que no es otra cosa que una "comisión especial de juzgamiento con posterioridad a la comisión de un delito", garantía constitucional del artículo 19 Nº3 inciso 3º abiertamente infringida.

2-Algunos de estos jueces crearon delitos, es decir leyes penales y además retroactivas. Se atribuyeron funciones legislativas. Todo esto infringiendo los artículos 7 y 19 Nº 3 inciso 7 de la Constitución Política del Estado (principio de la irretroactividad de la ley penal).

3-Ellos infringieron la garantía constitucional del artículo 19 Nº 2 "igualdad ante la ley", al no aplicar de inmediato la amnistía, ley que sí se aplicó a más de 8.900 (ocho mil novecientos) personas y a ningún actualmente procesado por hechos cubiertos por la misma ley.

4-Estos mismos hicieron valer Tratados Internacionales que no son ley de la República. Prevaleció la soberanía extranjera por sobre la de Chile. Infringieron por completo la Constitución. Se salieron del Estado de Derecho.

5-Al condenar a personas sometidas a proceso bajo estas premisas configuraron el delito de "Prevaricación" contemplado en el artículo 223 Nº1 del Código Penal que penaliza a los jueces que lo cometen "Cuando a sabiendas fallaren contra ley expresa y vigente en causa criminal o civil".
La Constitución, la Amnistía y la Prescripción son leyes vigentes y expresas.

6- Se denunció este delito y a su autor a la Corte de Apelaciones de Santiago y al Presidente de la Corte Suprema. "EL Mercurio" lo publicó en su editorial del 19 de mayo de 2003.

7-Al no recibir respuesta alguna a esta denuncia se le hace conocer de estas infracciones, ilegalidades e inconstitucionalidades al General Cheyre en su calidad de integrante del Consejo de Seguridad Nacional a objeto de lograr su convocatoria para hacer presente a quien corresponda de estos hechos cometidos por algunos miembros del Poder Judicial que atentan gravemente en contra de las bases de la institucionalidad.


Nada pasó. Pero no solamente yo me quedé intranquilo; aquí está la carta de un oficial de Ejército en retiro:

"Santiago, enero de 2005
Señor
Comandante en Jefe del Ejército
General de Ejército
Juan Emilio Cheyre Espinosa
Presente:

Me permito respetuosamente como soldado, escribir esta carta después de meses de meditación y lectura de sus discursos, reflexiones y entrevistas otorgadas por US. a diferentes medios de comunicación social del país, en lo que relaciona al Ejército y los derechos humanos en el Gobierno Militar.

Lo anterior se debe a que US. por una parte dice, que el Ejército asume su responsabilidad ética por abusos ocurridos durante el Gobierno Militar, y por otra indica, que los integrantes de la institución que estén involucrados en dichos abusos, deben responder ante la justicia. Esto me produce una dicotomía y confusión al respecto.

Señor General, los componentes de los organismos de seguridad del Gobierno Militar, en su mayoría pertenecían al Ejército de Chile (desde Generales hasta Cabos). Fuimos destinados cumplir nuevas misiones dispuestas por el mando, reflejados en boletines oficiales - institucionales de la época, en mi caso personal a la CNI. con el grado de Capitán recién ascendido, a una unidad especializada en combatir a la subversión y el terrorismo, destinación que pudo haber sido designado cualquier oficial, incluso US.; como soldado me sentí honrado y distinguido, consideré que en este nuevo destino serviría a mi patria y a mi Ejército desde otro frente, en funciones muy distintas a las que había sido preparado y formado, así y todo, mis motivaciones principales eran el peso de nuestra historia, el juramento a la bandera, los conceptos del cumplimiento del deber y sus órdenes, la lealtad, el compañerismo, el espíritu de cuerpo y sacrificio, todo esto tan marcado en la institución en esa época.

La misión principal era neutralizar el accionar de grupos armados clandestinos que imperaban principalmente en Santiago, con indisimulado apoyo extranjero y concertado con propios chilenos violentistas que los proveían logísticamente en todos los rubros; debo hacer presente la fuerte impresión que me provocó enfrentar a este nuevo tipo de enemigo con preparación militar, que combatía subrepticia y solapadamente, no tenía distintivos ni uniformes que los reconociera, atacaba en forma artera y sorpresiva y sabía ocultarse a la perfección.
Diametralmente opuesto a la guerra convencional que el suscrito conocía teóricamente; producto de lo anterior, cayeron bajo el fuego alevoso un sin número de nuestros camaradas de armas, como así mismo de las otras instituciones de la Defensa Nacional. Por lo anterior me siento desalentado e incomprendido con el pensamiento de US. con respecto al tema.

Señor Comandante en Jefe del Ejército, no es posible creer que centenares de integrantes del Ejército que conformaban los organismos de seguridad de la época se hubiesen equivocado en
su desempeño, pues la formación, la doctrina y los principios militares de la inmensa mayoría de ellos nunca se extravió al momento de enfrentar al adversario.

No es posible creer, que distinguidos comandantes que fueron incluso sus profesores e instructores, algunos fallecidos y otros procesados y sentenciados se hubiesen equivocado tanto.

No es posible creer, que enfrentar a grupos terroristas subversivos armados, sea delito, excesos o se atente contra los derechos humanos. Delito hubiese sido permitir tales hechos y por consiguiente traicionar a la patria.

No es posible creer, que todo el personal de Ejército que integró los organismos de seguridad de la época, dejaran de ser militares mientras cumplían destinación en dichos organismos, pues la orgánica, directivas, planes y órdenes eran similares en forma y fondo a las institucionales, sólo cambiaba el adversario que era interno y real, pero con toda una infraestructura de apoyo externo.

¿Cómo es posible entender?, que a instancias del sistema político – jurídico – Iglesia Católica e institucional se hubiere indultado al máximo jefe terrorista del frente Lautaro, acusado de 600 delitos, entre ellos 22 asesinatos (nueve carabineros, nueve detectives y cuatro gendarmes).

Señor General, que grado de credibilidad y seriedad puede tener el “Informe Valech”, cuando el mismo sacerdote era el Jefe de la Vicaría de la Solidaridad (Iglesia Católica) en el gobierno militar, y quien reiteradamente se negaba a entregar antecedentes de extremistas que solicitaba la justicia militar de Santiago, y que entre otras cosas encubría y ocultaba subversivos, como así mismo contrataba abogados para su defensa y que actualmente conforman el grupo de abogados defensores de los derechos humanos.

¿Qué grado de confianza e imparcialidad se puede tener en los tribunales de justicia?, cuando uno de sus integrantes de la Corte Suprema (José Benquis), entrevistado en televisión se refería al Gobierno Militar como una férrea dictadura y que la Corte Suprema era cautiva de ella.

¿Qué seguridad dan los tribunales de justicia?, al citar curiosamente un día 11 de septiembre de 2003, al BGR. M. Krassnoff y CRL. M. Moren (emblemáticos), los que fueron emboscados y golpeados brutalmente en el propio tribunal por familiares querellantes de ambos oficiales. Sin lugar a dudas estos últimos fueron informados de la concurrencia de los afectados.

Por todo lo anterior, la desinformación existente, la persecución política, y el estigma permanente del tema de derechos humanos sólo para el personal institucional afectado, la tergiversación de la realidad histórica, el olvido de la situación que se vivía en la época, el tiempo transcurrido, los ataques permanentes y el escarnio público diario al que estamos sometidos, a una tímida defensa sin consistencia y convicción, sumado al poco tiempo que le queda a US. como Comandante en Jefe, a pesar del sin número de gestos institucionales efectuados por su persona a quien corresponde, y agotándose aún más nuestra debilitada luz de fe y esperanza, sólo nos queda encomendarnos a Dios y al verdadero juicio de la historia para los que salvaron al país, porque definitivamente estamos y nos sentimos decepcionadamente solos.

Mi delito fue haber cumplido íntegra, disciplinada y lealmente las órdenes de mis superiores. (art.14, capítulo I de los deberes militares, del Reglamento Disciplina para las Fuerzas Armadas).

Finalmente señor General, he reflejado a US. mi personal e íntimo pensamiento respecto al tema, solicitando respetuosamente una respuesta directa suya, del Teniente Juan Emilio Cheyre, quien fue mi instructor de esgrima de bayoneta en el año 1972, y quien sufría con sus cadetes por nuestra impericia e inseguridad, US. junto a otros grandes instructores fueron el arquetipo del oficial subalterno, que marcaron nuestras vidas y modelaron el comportamiento y desempeño militar de varias promociones de cadetes, después oficiales, hasta el término de la carrera.
Lo precedente a objeto de convencerme y despejar mis inquietantes dudas por todo lo que esta sucediendo con nosotros los afectados, esperando no tener un oscuro y triste final para centenares de camaradas de armas, y tener la certeza que aún existen caminos reales para una pronta reconciliación entre todos los chilenos.

Saluda a US.
Pedro J. Guzmán Olivares.
Coronel (R). "

Con los años he reflexionado la vida que me ha tocado vivir y a veces pienso, cuando miro a hombres de mi edad, plenamente realizados en sus trabajos, profesiones, matrimonios con hijos y que duermen en paz si quisiera vivir la de ellos y no la que he vivido. Siento en mi corazón que no. A pesar de todo lo vivido y quizás lo que viene, me siento ORGULLOSO de tener al padre que tengo, de haber contribuído yo con un grano de arena con el Gobierno Militar y nuestra guerra contra el terrorismo.
Comencé estas líneas con el objetivo de recabar antecedentes de todos los lados enfrentados a fin de hacer más objetiva la historia de nuestra Patria, pero fue tal la cantidad de insultos y burlas que recibí que me dediqué por completo a redactar lo que ha sido Mi Guerra, sin contemplación alguna por el enemigo marxista y sus aliados; hasta vencer. Incluso de llegar a engrosar el listado arriba expuesto con mi nombre.
Redacté las batallas de Tarawa e Iwo Jima, las cuales fueron un monumento al valor y heroísmo del Cuerpo de Infantería de Marina de los EEUU (todo mi honor para estos bravos y valientes Marines) cuyo sacrificio y victoria permitió que esa ocupación de las islas nombradas fueran la plataforma de ataque para vencer definitivamente al Japón territorial. Y eso creo que fuimos todos aquellos que combatimos al terrorismo-marxista en esta país: construímos la plataforma del Chile actual, con nuestra sangre y sacrficio; con nuestras penas y dolor. Pero la Patria lo justifica, para los que siguen.
Vietnam fue la "escuela" de esta guerra extraña, sucia y malvada. Aprendimos a vencer, pero igual que aquellos que combatieron en la jungla y vencieron en todos los frentes de combate, perdieron y perdimos (por ahora) la "guerra" publicitaria, de la cual son maestros los marxistas-leninistas.
Algo que he aprendido estos años contra el terrorismo que utiliza armas de fuego y armas ilegales a través de jueces prevaricadores y a algunos policías sujetos a los políticos marxistas, es que jamás dejaré de luchar. Pasarán uno, diez o cien años pero siempre habrá alguien que continuará peleando esta guerra, una guerra por la verdad....y la ganaremos algún día; y ¿saben porqué?

PORQUE DIOS ESTÁ CON NOSOTROS.


¡VIVA CHILE!

noviembre 25, 2005



“Ata una cinta amarilla al viejo árbol....” Así dice una vieja y popular canción norteamericana, y se refiere a una costumbre que se creó con motivo de la ausencia en los hogares de EEUU de sus soldados reclutados para servir en la II Guerra Mundial en los frentes de batalla. Cada hogar estadounidense que tenía un soldado en el frente ataba una cinta amarilla al árbol más próximo a su residencia, señalando que esa casa tenía a uno de sus miembros en el combate y la cinta amarilla estaría atada al árbol hasta su regreso.

Esta costumbre aún se mantiene en EEUU y fue iniciada en la Guerra de Secesión (1861-1865) y se ha repetido en ambas Guerras Mundiales y las guerras de Corea, Vietnam, Golfo Pérsico, Afganistán y Liberación de Irak.

En 1984 mi padre adquirió un fundo que era rematado por el Banco del Estado, en la X Región, en la zona entre Fresia y Tegualda, a 60 kilómetros de Puerto Varas en dirección al oeste.

Era un lugar solitario y salvaje, de pocos planos y suaves colinas, quebradas con cientos de árboles nativos centenarios, copihues rojos y blancos, nacimientos de arroyos, fauna salvaje como pumas, zorrillos, pudúes, loros etc. Era y es un hermoso paraje. Pero económicamente no tenía gran sentido puesto que en los años ‘40 había sido un gran aserradero que había “arrasado” con la flora y fauna de la zona quedando muy poco bosque nativo. Además los caminos eran malos en verano e intransitables en invierno. Pero estas “debilidades” económicas presentaban una ventaja desde el punto de vista de la seguridad por cuanto era difícil llegar sin ser detectado, fácil perderse entre la vegetación y había que ser un gran conocedor del terreno para efectuar algún acto terrorista sin salir dañado.

El día que mi padre tomó posesión del fundo lo acompañé. Viajamos todo un día para llegar a Puerto Varas y al día siguiente emprender rumbo a las tierras por primera vez adquiridas. Realmente no me gustó al verlo: se veía abandonado, sucio, desordenado y lo peor (para mí) es que no veía al típico fundo de la zona central chilena que de por sí es plano. Aquí era todo colina, sin caminos interiores, apenas tenía cercos (que databan de 40 años los pocos que habían) pero contaba con una familia que había estado toda su vida y la de sus padres en el fundo. Grandes y buenas personas sureñas, quienes dentro de su amabilidad tenían un gran conocimiento que fuimos (al menos yo) adquiriendo de los “secretos” del campo. Ese día nos recibieron en su modesta pero enorme casona antigua estilo alemán (no española) con una cazuela de gallina; nunca he comido un pollo tan duro, pero con un gran sabor y amor.

En la tarde recorrimos dónde había que poner la casa y construcciones de apoyo; fuimos a una loma cercana y era especial por cuanto tenía una vista espectacular sobre todo el valle que mira hacia el lago Llanquihue (este no se veía) pero el volcán Osorno estaba al frente y en días claros se veían todos los volcanes de la zona sur, desde el Llayma hasta el Horno Pirén que queda frente a Chaytén. Fue un lugar que a mi padre le apasionó. Estábamos absortos con la vista, así como con el viento que pegaba fuerte desde el sur y mi padre me dice ¿cómo lo bautizo? Me quedé pensando y al verlo a él, estaba a sus espaldas un viejo árbol que no conocía dado mi ignorancia en la flora nativa chilena. Le pregunto al “campero” (el hombre dueño de casa, de gran sabiduría a pesar que no sabía leer ni escribir) y me dice “es un Roble patroncito”. Miré a mi padre y le dije “ya que vas a instalar tu casa aquí, ¿porqué no le pones Viejo Roble, tanto por el árbol como por ti?" Se río y así fue bautizado. Sería famoso un tiempo ese nombre en la prensa nacional once años más tarde.
Estaba yo en 1990, fuera del Ejército con una “democracia” recién estrenada y mis padres separándose definitivamente. A pesar que estaban separados ya varios años, vivían juntos en la misma casa de Príncipe de Gales en Santiago, y yo con ellos. Habían sido buenos años (los ‘80) junto a mis hermanas, sus maridos y sus niños, ya que en el enorme y hermoso jardín de la casa, mi padre había construido una piscina que disfrutamos como nunca hasta hoy, así como los infaltables asados los domingos en familia y las navidades todos juntos. Realmente hecho de menos aquellos buenos tiempos. No sabíamos el infierno que nos deparaba el destino.

La casa se vendió a un Banco y mi padre partió definitivamente a vivir al campo y mi madre a un departamento. Yo había conocido a una mujer separada y estaba viviendo con ella; no duré mucho. Luego me fui a vivir un año a Viña del Mar. Entre estos acontecimientos me había hecho cargo de lo último que quedaba de la oficina de Seguridad Alfa-Omega en Santiago, pero fue sólo para terminar vendiendo los departamentos y adquirir un crédito en la CORFO a fin de comprar un aserradero que mi padre pensaba instalar en el campo para trabajarlo con madera ya que los animales daban poco resultado debido al frío de los inviernos (tiene un clima parecido al de la XI Región, y montañoso) por lo que se usarían los activos de Alfa-Omega para cubrir parte del crédito y se afectarían hipotecas para el aseguramiento de éste.

Esos años entre 1991 a 1995 realmente fueron años más que perdidos para mí. Me fui en buen chileno “a la mierda”; no conseguí volver a la Universidad Gabriela Mistral a pesar que doña Alicia Romo le había prometido a mi madre mi reingreso cuando saliera en libertad, y cuando esto ocurrió me exigió personalmente “otro requisito” que era obtener en el proceso la eximente de responsabilidad criminal de legítima defensa. Cuando estos imposibles se cumplieron ella no cumplió. Además había cambiado el gobierno y mi nombre era cada vez más peligroso.

Fui de Universidad en Universidad privadas (que tenían cuarto año de derecho ya en sus mallas curriculares) tratando de ser aceptado y todas se “disculpaban” con un NO. La Mistral, la Central, la Diego Portales, pero la que fue un chiste fue la Universidad de Las Condes: me presenté con todo mi currículum académico y uno de sus directores me pidió ver mis “antecedentes penales y el fallo del Ministro Bañados”. Lo hice y fui aceptado. Un día antes del ingreso a clases me llegó una carta de puño y letra del Director de dicha Universidad el ex Director General de Carabineros y miembro de la Junta de Gobierno César Mendoza Durán, quien se excusó de aceptarme por “convivencia universitaria”. Recuerdo con frustración y amargura ese hecho. Mi padre al enterarse le envió una carta también de puño y letra a este “señor” y creo que le dijo varias situaciones personales y de su familia que no habían sido del todo correctas durante el Gobierno Militar, sobre todo desde el punto de vista económico y relativo a los numerosos viajes al extranjero de sus hijas.

Pero como buen “Contreras” seguí tras mi objetivo. Me presenté a la Universidad Andrés Bello cuya Rectora era doña Mónica Madariaga quien me recibió muy cariñosa, y me mandó a hablar con el Decano de Derecho. Este hizo un informe de mi situación y se me exigió dar de nuevo “exámenes de conocimientos relevantes” de las 17 cátedras que tenía aprobado de la carrera. Les hice ver lo cómico de la exigencia por cuanto yo los había aprobado frente a comisiones de la Universidad de Chile como ente rector Estatal del conocimiento de la ley por mi parte y era ridículo que una Universidad privada aún no acreditada me pidiera tales exigencias. Pero no hubo caso. Más pesó el cómo me llamaba. En fin...lo acepté y me dieron un plazo de cuatro meses para ponerme a estudiar y rendirles dichos “exámenes”.

Me fui al campo de mi padre para ayudarlo y a la vez estudiar. Fue un buen tiempo, por fin estuve con él solo y pude conocerlo mejor. Me llamó la atención su sencillez y sobriedad. La casa no era más que una cabaña con una estufa a leña en un pequeño living comedor que tenía el infaltable televisor (que me carga hasta el día de hoy) su pieza no tenía closet sino un espacio en la pared donde estaba colgada su ropa con plástico protector y una pequeña estufa también a leña que él prendía todas las tardes. Su escritorio era un pequeño habitáculo al lado de su pieza, pero con una vista extraordinaria hacia el volcán Osorno. Fuera de la casa había otras construcciones para el personal de guardia (militares de su escolta) una pieza de visitas, otro escritorio para recibir a los trabajadores y ver los asuntos del fundo, un contenedor como bodega y un canil para los perros. Todo el sector de la casa estaba cercado y tenía dos entradas una para vehículos y otro para los caballos y personas. Parecía un Regimiento. Todo estaba en orden y funcionando. A la entrada se había construido todo el campamento para los trabajadores y el enorme galpón para el respectivo aserradero que estaba en funcionamiento. Además mi padre como buen Ingeniero Militar había hecho varios caminos interiores y puentes. Realmente era un paraíso de tranquilidad, pero muy solitario y austero. Siempre le decía que me recordaba una figura de metal de Napoleón en su exilio de la isla de Santa Helena que se encontraba sobre la chimenea de entrada del antiguo Club Militar de Alameda con su estilo señorial y centenario, su hermoso comedor con dos enormes cuadros, uno de la Batalla de Chacabuco con O’Higgins al ataque y el otro del Ejército Libertador con San Martín y O’Higgins cruzando la cordillera para liberar Chile.

Me fui del tema...¡ah! que me recordaba esa escultura metálica de casi medio metro de altura que representaba a Napoleón sentado con su uniforme, con sus botas en dirección hacia un fogón (iluminado con una lamparita en su interior) y los brazos cruzados. Siempre me representó la sobriedad militar. ¿Dónde estará esta pieza histórica?

Llegó el mes de septiembre de 1991, el 18. Lo celebramos como correspondía así como el 19 que es el Dia de las Glorias del Ejército. Pero yo estaba preocupado; Aylwin (el Presidente) había intervenido groseramente en el Poder Judicial y les exigía “investigar”, a pesar de estar vigente una ley de amnistía la cual extingue por completo la pena y sus consecuencias, pero mañosamente y con brutal intervención e inconstitucional aprobio se dejaba actuar de esta forma. Y se había nombrado a un Ministro “especial”, Adolfo Bañados Cuadra, para investigar el Caso Letelier, ya visto por la Corte Suprema en 1978. Pero insistían.

El día 20 de septiembre notifican a mi padre que está detenido. Faltaba UN DÍA PARA QUE PRESCRIBIERA LA ACCIÓN PENAL. Al día siguiente llegan varios detectives, todos muy caballeros, sonrientes, humildes y cautelosos. Para mi sorpresa veo que el jefe de esta “expedición” era Rafael Castillo. Al otro día partimos para Santiago hacia el lugar de reclusión de mi padre. Y para mí...adiós a los estudios de los “exámenes”. Me aboqué por completo a defender a mi padre ante la prensa mientras duró esa detención que fue hasta diciembre. Sí me alertó el hecho que no hubo abogado que lo quisiera defender, por lo que Bañados nombró a uno del turno quien para sorpresa de todos resultó ser un excelente profesional, muy estudioso y tranquilo.

En 1992 a 1994 estuve en forma intermitente entre Santiago y el Viejo Roble, donde mi padre había vuelto pero sujeto a restricción judicial mientras continuaba el Proceso, así como yo veía otro “proceso” que era el ver a mi padre cada vez más abandonado a su suerte, pero él muy confiado que no sería condenado o al menos no iría a la cárcel. Yo veía todo lo contrario. Y no era por ser “brujo” sino me bastaba ver que el General Pinochet había realizado dos maniobras militares para “asustar” al gobierno a objeto de que no se investigara a su familia por problemas de dineros, lo que le resultó, ya que el Presidente Frei dijo que “por razones de Estado no continuaba investigando”, pero apoyo a mi padre no existía.

Años después me enteraría que en la primera oportunidad que Pinochet acuarteló al Ejército, el Presidente Aylwin le pidió a su Ministro Enrique Krauss que se contactara con el general Jorge Ballerino a objeto de “hacer una ley de punto final”. Este general le dijo a Krauss “que no era necesario....que sólo bastaba no molestar a Pinochet y su familia”. Este sujeto que quería ser el próximo Comandante en Jefe tenía la “Teoría de los Fusibles” la cual implicaba que no importaba que se “quemaran los fusibles mientras no se quemara el motor principal”. Esto era en alusión a que no importaba que se fueran a la cárcel cuanto militar hubiese mientras no tocaran a Pinochet y su familia. Este indigno general estaba a cargo del “Comité Asesor” que era una repartición POLÍTICA AL INTERIOR DEL EJÉRCITO cuya única función era seguir viéndole los aspectos políticos a Pinochet, quien se refugiaba en la Comandancia en Jefe del Ejército, esperando ver logrado su “sueño de ser un intocable” como Senador Vitalicio más adelante. Y para eso no debía ser “tocado”; y esa era la función de este Comité Asesor. A este general Ballerino le decían “Top Ten”, ya que sus subalternos le veían que llegaba a las 11 de la mañana, jugaba golf con políticos y empresarios y se retiraba muy temprano. Amén que pasaba en comidas, cócteles, etc. Lamentablemente su hijo se casó con la hija de mi primo hermano.

Esos años que pasé junto a mi padre fueron imborrables; cada mañana me iba a trotar por los caminos interiores junto a los perros, luego iba a ver cómo estaba el trabajo en la planta maderera, después almorzábamos y por las tardes recorríamos el fundo a caballo. Todos los días. Era una buena rutina ya que TODOS TRABAJABAN AL VER AL PATRÓN ENCIMA y conocíamos cada vez más cada recoveco de este maravilloso lugar. Había un sector que estaba dentro de un bosque nativo con árboles de más de 400 años de antigüedad, y sus topes verticales se juntaban cerrando el paso a la luz pero esta entraba en forma indirecta, lo que hacía florecer miles de copihues tanto rojos como blancos que se descolgaban de la frondosa vegetación. Además había un sector de frutillas silvestres que a la yegua que mi padre montaba (se llamaba Fabiola, en “honor” a Fabiola Letelier) le encantaba comer.

Por las tardes al llegar cenábamos, y siempre hablando de historia militar; para mí fue un gran profesor. Recuerdo una de aquellas que íbamos montando de regreso a casa, en invierno, y de pronto todo se cubre de un manto gris y un gran silencio: comenzó a nevar. Al amanecer todo era blanco y frío pero despejado, muy bonito. Pero un toro, el más regalón de mi padre (un Angus de 800 kilos) llamado “Oso Negro” que más bien parecía un bisonte, había roto los cercos y estaba al lado de la casa, refugiado cerca del escritorio. Fue bien divertido ya que mi padre ordenó no sacarlo y ahí se quedó un par de días.

Algo que aprendí en el “Viejo Roble” fue el hecho que se me acrecentó el amor a la naturaleza y a los animales. Recuerdo que cuando salí en libertad en 1989 me fui al campo una semana, y el campo de “abajo” (hacia el camino a Fresia) era un coto de caza de ciervos reales salvajes que habían traído los colonos alemanes en el siglo XIX, y el dueño de ese predio era el típico prepotente “patrón de fundo” (que son hacedores de comunistas debido a su despectiva conducta y preocupación por el pueblo) quien cobraba en dólares a cazadores para matar un ciervo, y tenía instalado unas “casetas” en los árboles donde se instalaba el cazador esperando a su presa.

Pues bien, uno de esos días recién llegado de mi problema, me fui a cazar y para ello tomé un fusil con mira telescópica y partí. Noté un disgusto en la cara de mi padre, ya que no sabía que él tenía prohibido cazar al interior del fundo. Estuve varias horas buscando al ciervo y me senté en el faldeo de un cerro a fumar un cigarro...y veo un caballo al frente de la otra colina a unos 200 metros; no era un caballo, era un hermoso ciervo macho con sus enormes astas. Me paré, pasé bala y lo apunté sigilosamente mientras él miraba y olía el viento con su hocico hacia arriba...lo tuve en la mira por varios segundos...y me mira. Me fue imposible dispararle...levanté el fusil y disparé hacia el aire. Y el ciervo se alejó velozmente y vivo. Volví a la casa ya anocheciendo y le conté a mi padre que no pude ni quise ni quería volver a matar a un animal inocente nunca más...nos reímos pero no pude contener las lágrimas. Me abrazó y nos tomamos unos buenos tragos hasta el amanecer mientras escuchábamos sus boleros de Leo Marini.

Una tarde íbamos por el bajo del fundo un escolta militar y yo revisando los cercos (había que hacerlo siempre) y nos bajamos a mirar. De pronto sentimos el sonido como de una “avispa” que pasa cerca, pero no era verano, y luego se oye la detonación de un disparo. Vemos que salía un poco de humo de un árbol cercano y le disparamos varios tiros con fusiles HK del Ejército. Esperamos...y era un cazador que estaba en una de las casetas y le había disparado a un ciervo al cual no le acertó pero sí a nosotros por centímetros, y casi lo damos de baja. El tipo (un millonario) bajó tiritando del árbol y nunca más nadie se atrevió a cazar ahí mientras estuvimos nosotros. Era magnífico ver en septiembre a los ciervos hembras con sus crías recién paridas, las cuales ya no nos temían y se acercaban a los niños especialmente.

Así como a unos cien metros de la casa hacia arriba en dirección a la entrada del fundo, había un sector que los lugareños le llamaban “el paso del león”. Un día me fui hacia ese lugar a ver si veía “algo” junto a uno de los perros. De pronto veo que éste ladra y se va corriendo en dirección a la casa, me doy vuelta y veo a un puma hembra a unos 20 metros tranquilamente caminando con tres cachorros atrás de ella...y se internan en el bosque. Lamenté no haber tenido mi cámara fotográfica. Fue un momento maravilloso.

Así fue la calma antes de la tormenta que se avecinaba. Era ya 1994 y yo había logrado “ingresar” de nuevo a una Universidad privada, “La Real” en donde tuve que de nuevo dar los 17 exámenes de mis cátedras ya aprobadas y logré pasarlos de nuevo por segunda vez, pero con gran indignación de mi parte. Volvía a Santiago, y una noche, temprano antes de cenar escucho que mi padre está hablando por teléfono; vuelve muy molesto a la mesa y me comenta que estaba llamando a Ricardo Claro a su fundo cercano a Temuco y que éste le había salido al teléfono y le había dicho ¡DÉJAME DE LLAMAR POR FAVOR! y le había cortado el teléfono. Me quedé callado al ver su cara de impotencia. A las horas mientras veíamos una teleserie brasileña en televisión, suena el teléfono y voy a contestar; me dicen ¿El General Contreras por favor? ¿De parte de quién? le digo yo, y me dice “Ricardo Claro”. Le digo a mi padre y yo vuelvo al comedor. Al rato vuelve y me dice que este personaje le daba explicaciones por lo sucedido ya que estaba comiendo con “unos políticos” y no “quería que se enteraran de esa amistad y por eso lo había tratado así”. A mí no se me olvidaría jamás lo cara de palo de este hombre.

Ya en 1995 la tormenta estaba entrando fuerte. Se anunciaba la pronta ratificación de la condena de mi padre (ya lo había hecho el Ministro Bañados, a siete años de cárcel) por una Sala de la Corte Suprema, que integraban dos miembros que mi padre había ayudado a llegar a ser Ministros de esa Corte: Hernán Álvarez y Servando Jordán (al cual además le había regalado una sub-ametralladora para su “protección” de su casa en el Cajón del Maipo, ya que le habían robado varias veces) y estaba tranquilo, no por estos hechos sino que su abogado Sergio Miranda le había dicho que la condena era por “presunciones de presunciones” de un testigo pagado y que no se encontraba en Chile, lo que era insólito para nuestra legislación, por lo que estaba seguro que la Corte Suprema rectificaría dicho fallo.

Pero yo tenía otra impresión. Desde que Aylwin se había entrometido en el Poder Judicial, NADIE PIDIÓ LA INTERVENCIÓN DEL CONSEJO DE SEGURIDAD NACIONAL POR ESTA INCONSTITUCIONALIDAD, me hacía pensar que el nombramiento de Bañados fue siempre para condenarlo, no importando el costo, y que para Pinochet con la “Teoría de los Fusibles” no haría nada por mi padre y que esperaría que lo tomara como “otro sacrificio por la patria” su condena a la cárcel.

Además un General amigo me había contado que en una reunión de generales con Pinochet, que este les había gritado “¡Hagan algo!”, para cambiar la situación y presionar para que mi padre no fuera condenado. Este general puso en alerta a su División y se le acercó otro general más antiguo quien le ordenó retirar ese “estado”, pero mi amigo le respondió “usted no me puede ordenar eso”. Y ese general se fue donde Pinochet y lo convenció que le ordenara al general amigo que retirara la alerta de su División. Es decir convencieron a Pinochet de dejar solo a mi padre. Las ambiciones por ser Comandante en Jefe de muchos primaron por sobre sus lealtades hacia mi padre; tenían que congratularse con el gobierno. No todos, pero sí los más relevantes lo hicieron. Y no lograron llegar a ese cargo.

Ya a mediados de ese año se da a conocer el fallo condenatorio de mi padre confirmado por todos los Ministros de la Sala. Ese día fue expectante; yo me encontraba en Santiago y junto a mi madre y varias señoras de oficiales nos fuimos a almorzar a la casa de mi hermana Alejandra cuyo marido era Teniente Coronel de la Escuela Militar. Estuvimos frente al televisor cuando el Secretario de la Corte con una cara de gran felicidad da a conocer “que se confirma el fallo”, además de las cientos de personas que aplaudían este inusual fallo político que a todos les convenía menos a nosotros, y que una vez más mi padre pagaba por “todos”.

Mis otras hermanas estaban en el extranjero: Mayté en Israel donde su marido, Coronel de Ejército era Agregado Militar; Mariela en Pakistán donde su marido, Teniente Coronel de Ejército cumplía su labor para la Misión de Paz de Naciones Unidas entre India y Pakistán. Las dos nos llamaron a la casa de Alejandra y tomaron ese mismo día un vuelo (son varios dado la distancia; casi a la mitad del planeta) para Chile ya que sabíamos que la situación era delicada por cuanto nuestro padre no es un hombre dócil frente a las injusticias y deslealtades. Además de conocerlo como un “General de guerra y no de desfile”.

Mis dos hermanas que venían en viaje tuvieron que hacer escala en Madrid y alojaron respectivamente en la casa del Jefe de la Misión Militar, general Juan Emilio Cheyre quien las atendió muy bien y les deseó a ambas la mejor de las suertes para nuestro padre.

Apenas llegaron mis hermanas, solas, partieron las tres al campo más mi cuñado que estaba en Chile. Yo me fui un par de días después y el Ejército me insistió en llevar a un “hombre de ellos para que me cuidara”. Extraño por decir lo menos. Llegué al fundo por la noche luego de haber manejado todo el día y me encontré con decenas de periodistas, lo que era muy bueno ya que mientras estén ellos presentes, menos posibilidades hay que se registren situaciones ilegales.

Tenía que firmarse el “cúmplase” del fallo, que es un trámite para detener a la persona que debe cumplir condena y se hace por la fuerza si se resiste. Este trámite se demoraba..., y mientras llegaban al fundo todos los días cientos de personas que fueron a apoyar en esos momentos a mi padre ante la situación. Fue emocionante ver a tantas personas desconocidas viajar desde Osorno, Valdivia, Temuco, etc, para esto.

Mientras tanto, el Canal 13 (donde yo tenía varios amigos) nos había pedido tener equipos al interior del fundo con personal de ellos y antenas satelitales para comunicación directa de los hechos. Al principio mi padre se opuso pero lo convencimos que era mejor para su propia seguridad tenerlos ahí ya que había una fuente de comunicación independiente de nuestros medios en caso de ocurrir algo ilegal.

Recuerdo muy bien a aquellas personas y nos llamó la atención que varias veces a todos se nos cortaba la señal de nuestros celulares. A todo esto, el Ejército había dispuesto un reesfuerzo de la guardia con dos hombres más y el que me había acompañado a mí; pero lo único que veía en ellos era comunicar las actuaciones de mi padre que cuidarlo; en ese tiempo tener un celular era un lujo, y varias veces vimos a un sargento hacer llamadas escondido con uno de estos aparatos; tanto fue así que uno de los fieles escoltas de mi padre estuvo a punto de golpear uno de esos “por traidor”.

Llegó el día sábado de esa semana y se ve en los noticiarios al Ministro Bañados decir “que no habrá cúmplase hasta la otra semana”. Eso calmó los ánimos e hizo que los periodistas que estaban a la salida del fundo más los del interior se tomaran esa noche “libre”. Yo estaba cansado y me fui a acostar temprano, a mi saco de dormir en el escritorio exterior de las dependencias ya que la casa estaba llena.

Más menos a la medianoche, me despierto con ruido de vehículos y gritos y me golpea la puerta mi cuñado y me dice “¡NEGRO VÁMOSNOS QUE VIENEN LOS TIRAS!”
La verdad es que para mí hasta ese momento, y conociendo al Ministro Bañados, era lógico que Investigaciones viniera a detener a mi padre, pero el Director de esta institución lo había llamado y dicho que él iría personalmente y desarmado. No entendía bien qué estaba ocurriendo; cuando salgo al exterior veo hacia al bajo del fundo y se divisa un vehículo y sabía que iba mi padre con sus escoltas. Ahí me preocupé; además veo a la mujer de mi padre que estaba alterada, lloraba y gritaba que nos fuéramos, mientras mis hermanas y cuñado se subían a sus vehículos y hacían lo mismo. Les grité que “iría después”. Me quedé ya que pensaba que si venía la policía tenía que haber “alguien” para informar la situación; al menos así lo tomé yo.

Lo que yo no sabía es que en la noche había ido un capitán de Carabineros tres veces (de inteligencia y que después desmintió todos los hechos, pero su estadía está registrada) al fundo y entró a hablar con mi padre y los presentes (menos yo que me encontraba en los brazos de “Morfeo”) hasta que fue atendido y le dice a mi padre que le han ordenado comunicarle que han registrado el paso de una caravana de vehículos de Investigaciones que vienen a detenerlo esa noche y que ya hay varios al interior del fundo, y que la detención será violenta y con todo.
Terminó diciendo “vienen a hacer el numerito del año”. Y le pidió a mi padre que abandonara el fundo así como los familiares. Me dirían después que mi padre no reaccionó en ese momento hasta que mis hermanas lo convencieron; éste se subió al jeep con sus escoltas y armamento para un enfrentamiento, pero él ya tenía un plan en caso de esta situación que se estaba presentando. Y eso es lo que yo vi cuando salí al patio y veo al jeep que va hacia el bajo del fundo en dirección al coto de caza, para cruzarlo y llegar al camino que va a Fresia y luego a Puerto Varas donde está un Regimiento. El Ejército mismo estaba indignado con la condena de mi padre.

Cuando todos ya se habían ido entré a la casa y pude ver todo en desorden, así como las joyas y relojes de mis hermanas en las piezas; eso me dio la sensación que lo que venía era serio. De inmediato tomé un fusil con cuatro cargadores, tres granadas de mano y mi pistola CZ con dos cargadores. Recogí todo los efectos personales que pude de mi padre y mis hermanas y los puse en una maleta para llevarlos hacia fuera y ponerlos en mi auto, y le pedí al hombre que me había acompañado desde Santiago que se llevara mi auto a Tegualda con estas pertenencias al Retén de Carabineros, lo que hizo y muy asustado.

Luego veo que los otros dos hombres que el Ejército había dispuesto para la seguridad estaban muy tranquilos vistiéndose en una de las piezas de servicio (lo que me preocupó) y le pregunté a uno de ellos “¡Cuáles son sus ordenes!” Y me dice “Yo estoy aquí nada más que para ataques terroristas”, y con mi indignación creciente le dije “¿Ha estado alguna vez en uno, imbécil, como para saber distinguir sin son buenos o malos?” Y veo que este sujeto se abalanza sobre un arma que tenía en la cama, pero yo ya lo tenía con mi CZ apuntando con bala pasada y el dedo en el disparador en la “T” (siempre se tumba a un sujeto si se sabe alojar una bala en la T que forman , en su cuerpo, dos líneas imaginarias que van de una sien a la otra por el entrecejo, y desde el puente de la nariz hasta la base del esternón. Debe hacerse muy de cerca, casi a quemarropa) por lo que quedó paralizado; el otro trataba de calmar la situación sin tomar parte activa de nada. Pateé el arma de este sujeto y lo hice salir arrodillándose con las manos atrás de su cabeza y los pantalones abajo y sin las botas. Les grité a ambos que se fueran corriendo y les di treinta segundos para desaparecer sino les disparaba. Estaba claro que estos pelotas no estaban ahí precisamente para defender a nadie.

Me quedé completamente solo y tratando de pensar qué iba ha hacer si se presentaba el personal de Investigaciones: si venían con sus luces prendidas y en buena actitud, el recibimiento sería igual; pero si no.... Mientras, tomé el teléfono de la casa y llamé a varios generales despertándolos en Santiago dando aviso de la situación, y se corta la luz. Al cortarse la energía eléctrica se cortaba el teléfono; veo el celular con mi linterna y estaba sin señal (después me enteraría que si se le corta la energía a la antena base transmisora de los celulares, estos no pueden transmitir; así de simple). Ahí pensé “están cerca”.

Salí al patio y pasé los cercos (conocía cada centímetro del campo, sus quebradas, distancias desde la casa y las zonas de penetración que eran dos para llegar hasta ahí) me tiré a tierra cubriéndome atrás de unos setos y escuché a los Queltehues (los pájaros que cuidan muy bien su territorio) que estaban volando y gritando en los potreros frente a mí y en la quebrada de mi izquierda, es decir por los lugares de acceso a la casa. No lo dude un instante: disparé de inmediato tres ráfagas cortas en dirección a la primera de las quebradas (era una noche muy oscura y el fuego del fusil delataría mi posición) y luego lo mismo a la otra; esta acción la repetí tres o cuatro veces hasta que agoté tres cargadores. Me replegué a la casa y el fusil estaba ardiendo; sólo me quedaba un cargador, la pistola para “encuentros cercanos”, las granadas de mano que las ocuparía para pasar por sobre ellos y huir en dirección a Tegualda por caminos que muchas veces recorrí de noche, y precisamente para estos efectos; más un puñal de combate por si era necesario ocuparlo en el momento que se me agotaran todas las municiones (solo para hacerme paso; se debe agarrar la cabeza, tirar de ella hacia atrás y cortar hasta que se haya cercenado la traquea y se esté a punto de quedar con la cabeza en la mano; así no hay quien se revuelva o grite).

Ocuparía una granada para incendiar la casa, ya que de esa manera podría verse a la distancia el incendio y llegaría más pronto la ayuda; pero antes me dirigí al contenedor que en su interior estaba el grupo electrógeno que funcionaba a bencina y logré prenderlo y llegó la luz. De esa forma tenía el teléfono ya que este funcionaba con energía eléctrica y era del sistema de comunicaciones del Ejército y dudaba que hubiesen cortado este sistema. Entre a la casa y llamé a medio mundo...debían haber pasado ya unos veinte o treinta minutos desde el corte de luz y mis disparos, ya que el cañón del fusil estaba frío.

Me fui para fuera y esperé...nada más. Había conectado el teléfono hacia el exterior y los periodistas venían en camino; eso me tranquilizó un poco, aunque el corazón me salía por la boca.

Comenzó a amanecer y veo que vienen ya vehículos del Ejército y mis hermanas. Todo había terminado y yo me llevé los retos inimaginables de éstas por haber disparado...pero no las tomé en cuenta. Al fin y al cabo el único que se había quedado en la casa era yo y los perros. Y mi padre ya estaba a salvo en el Regimiento “Sangra” de Puerto Varas. Y cualquier cosa que hubiese sucedido no les había resultado. Después entenderían mis hermanas la verdadera situación.

Dormí algo, y me fui a ver a mi padre. Entré al Regimiento y el Comandante me pidió no hablar con la prensa; pero yo ya había hablado e insultado a la Policía de Investigaciones. Entré a ver a mi padre quien estaba en una de las cabañas y muy enfermo.
Además estaba llegando la Compañía de Comandos de Valdivia y dos vehículos Caza-Tanques. Eso me tranquilizó su seguridad; pero el gobierno creía todo lo contrario. Me dicen que debo viajar a Santiago en tres etapas, y al final ir a ver al Ministro Bañados y darle explicaciones de lo sucedido personalmente. Dije conforme, me despedí de mi padre que volvía al campo con los Comandos y los Caza-Tanques para su protección.
Yo no sabía que ya el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea se habían coordinado para sacar a mi padre del campo con toda seguridad y llevarlo al Hospital Naval de Talcahuano. Y el gobierno celebraba con champagne la salida de mi padre del Regimiento sin tener idea de lo que vendría.

Esa noche me fui a Osorno; al día siguiente a Linares y al subsiguiente entré a Santiago. Fui de inmediato a ver al Ministro quien fue muy atento conmigo y me dijo “yo no di orden alguna de detener a su padre; en estos momentos le están buscando un lugar conforme a su rango y calidad de General”. Le agradecí con un apretón de manos y me fui.
Jamás volvería al “Viejo Roble”.

Días después tuve que ir obligado a pedirle disculpas a Nelson Mery (Director de la Policía de Investigaciones) por mis insultos a su institución y me llamó la atención que me preguntara “con qué fusil había disparado”. Y su tesis fue echarle la culpa a Carabineros.

Tiempo después, en noviembre, Inteligencia del Ejército nos hace llegar el siguiente documento:

“Carlos Rubén Vergara Fernández, C.I. 9.619.145-6, quien declara: Ingresé a la Policía de Investigaciones en 1992 como Auxiliar en las dependencias de la Brigada de Inteligencia Policial ubicada en Av. Pajaritos 5785, siendo más tarde Guardia Armado de la Policía, e hice amistad con varios policías y otros Guardias quienes obtuvimos información relativo a la incursión de funcionarios de esta Unidad en el predio del señor General ( R ) Manuel Contreras Sepúlveda.
Efectivamente me encontraba de guardia en los días previos a lo que se conoció como “el enfrentamiento”. Estando de servicio fui testigo de prolongadas reuniones de oficiales y jefes de esta Unidad de Inteligencia. El día jueves de esa semana salió en dirección al sur una comitiva de esta Unidad compuesta por:
Comisario Hernán Opazo Cerrato, “Camilo” quien actuó como coordinador.
Sub-Comisario Jorge Zambrano Araya, “Cristián”, Jefe de Grupo.
Pedro Riveros Aedo, “Martín” como Jefe de Avanzada.
Inspector Luis Carreño, “Ariel” y el Inspector Espinoza, “Javier”
Detectives:
Patricio Villanueva Alegría, “Marcelo”, fotógrafo de la Unidad.
Claudia Domínguez Leiva, “Carla”.
Paola Urrecelqui Duarte, “Natalia”.
Luis Varas Zumaran, “Cristóbal”.
Patricio Bascuñan Acevedo, “Felix”

Se movilizaron en los siguientes vehículos:
Automóviles 1282 placa KE-73-71, 1283 placa KE-7372, 1277 placa KE-7366, 1166 placa DU-10-19; 1181, placa DU-10-31; Furgón 1266 placa DU-89-47; furgón 866 placa EY-83-57; moto todo terreno placa EL-735.

La noche de ese sábado (ya tenían un puesto de observación o vivac) y madrugada del domingo, en coordinación con otros efectivos de Investigaciones, elementos de esta Unidad incursionaron en el predio con el objetivo de llevar a cabo la detención del General ( R ) Contreras. Por razones que desconozco el grupo fue avistado aún encontrándose lejos del objetivo PRODUCIÉNDOSE UN INTERCAMBIO DE DISPAROS CON PERSONAL DEL FUNDO. LUEGO SE PUDO PRECISAR QUE QUIEN REPELIÓ LA INCURSIÓN FUE EL SEÑOR MANUEL CONTRERAS VALDEBENITO; AGREGANDO ADEMÁS QUE DE HABER ESTADO MÁS CERCA EL GRUPO CUANDO INGRESÓ, HABRÍAN ABATIDO A CONTRERAS HIJO, PERO ESTE LOS TOMÓ TAN DE SORPRESA QUE NO LES PERMITIÓ REACCIONAR.

ENTRE LOS FUNCIONARIOS QUE EFECTUARON DISPAROS AL INTERIOR DEL FUNDO SE ENCUENTRAN PEDRO RIVEROS AEDO, PATRICIO VILLANUEVA ALEGRÍA, LUIS CARREÑO HONN Y EL INSPECTOR DE APELLIDO ESPINOZA.

Y LUEGO TUVIERON QUE ABORTAR LA MISIÓN Y VIAJAR DE VUELTA A SANTIAGO YA QUE SE NOS ORDENÓ REFORZAR LA GUARDIA POR TEMOR A REPRESALIAS POR PARTE DEL EJÉRCITO....”


Este documento (son dos) es un poco más largo, pero ahí están los detalles. Yo recuerdo esa noche sentir silbidos zumbantes cerca de mí y en varias direcciones, pero en alto; además mis propios disparos me dejaron sordo.

Todos estos hechos fueron denunciados ante la Justicia....y jamás pasó nada. Y está claro que los sujetos no iban dispuestos a “detener” a mi padre...¿no?

A principios de 1996 fui al Palacio de Tribunales y solicité audiencia con el flamante y recién nombrado Presidente de la Corte Suprema Servando Jordán. Su secretario me dijo que podía ser para “un año más” y le pasé mi cédula de identidad. Volvió y me hizo pasar... Servando Jordán me saludó muy respetuoso y preguntándome “¿Cómo está Manuel?” (por mi padre). Luego dijo, mirando por la ventana hacia fuera, “usted hubiera visto ese día del fallo, había cientos de personas acá fuera gritándonos y amenazándonos...."LOS MINISTROS TUVIMOS MIEDO....”

Ha sido el día que más me he arrepentido de no haber llevado una grabadora. Esas palabras bastaban y bastan para revisar y anular una sentencia dictada por la misma Corte Suprema.

Nos vemos.

noviembre 16, 2005






“I WILL NOT FORGET THE WOUND TO OUR COUNTRY AND THOSE WHO INFLICTED IT. I WILL NOT YIELD, I WILL NOT REST, I WILL NOT RELENT IN WAGING THIS STRUGGLE FOR FREEDOM AND SECURITY FOR THE AMERICAN PEOPLE”.

George W. Bush, september 20, 2001.


Este es parte del discurso del Presidente de EEUU George Bush luego del ataque terrorista al World Trade Center en la ciudad de Nueva York, al Pentágono en Washington D.C. y el abatido avión que no llegó a su destino por la valentía de sus pasajeros quienes hicieron frente a los terrorista suicidas pero causaron que el avión cayera muriendo todos.

El peor de los terrorismos; el más cobarde, contra niños, mujeres y hombres no combatientes. El avión suicida se dirige a su fatal destino...la única forma de darles seguridad a las personas inocentes y laboriosas que sólo desean un mundo en paz es aniquilando a los terroristas y sus líneas de abastecimientos, ya sean marxistas, islámicos fundamentalistas, narcos, donde quiera que se encuentren en el mundo entero.

Ese 11 de septiembre de 2001 EEUU le declaró la guerra al terrorismo en todas sus formas no solamente a Al Qaeda. En Chile otro 11 de septiembre de 1973 las FFAA y Carabineros también le declararon la guerra al terrorismo marxista liderado por Cuba y la ex Unión Soviética. No fue fácil y para los norteamericanos tampoco lo será. Hoy los que combatieron a estos terroristas, en su mayoría se encuentran encarcelados y procesados, mientras a los terroristas que sobrevivieron se les aplicaron la ley de amnistía, prescripción, cosa juzgada, Tratados Internacionales no ratificados por Chile, y múltiples beneficios económicos y demases.

A principios de la década de los noventa Perú era un caos tanto económico, social y con un terrorismo en desborde (y financiado por el narcotráfico) como pocos países en latino América, dado que Chile estaba en paz con un alto crecimiento económico y entregado el mando de la Nación a los políticos mal agradecidos, pero con una Constitución que les frenaba sus intentos de destruir todo lo bien hecho.

Alberto Fujimori cuando se casó hace muchos años pasó su "luna de miel" en Chile, recorriendo todo nuestro país hasta Puerto Montt.

Al llegar a la presidencia del Perú lo primero que hizo fue terminar con el terrorismo del grupo marxista-maoista "Sendero Luminoso" que asoló las ciudades, pueblos y sierra peruana causando más de 30.000 muertos y miles de heridos. Hoy existen tres Hospitales Militares exclusivamente para sus soldados mutilados e inválidos a causa del terrorismo.

Esta agrupación es aliada del FMR chileno quien en los años 1983-1987 fue ayudada por la primera a objeto de "recibir" en Tacna a los terroristas chilenos que se dirigían a Cuba a las bases guerrilleras de Pinar del Río y Punto Cero luego de realizar un "curso" (como fue explicado en la edición anterior) para retornar de la misma manera y siempre con la colaboración de Sendero Luminoso.

Fujimori puso a la cabeza de sus Servicios de Inteligencia a un ex oficial de ejército, Vladimiro Montecinos quien en 1975 cooperó con la CIA para detener la guerra con Chile lo que le valió ser tildado de "traidor".

Pero este hombre más Fujimori terminaron encarcelando al cabecilla de Sendero Luminoso, Abigael Guzmán en una prisión naval peruana y de por vida.

Luego resolvería audazmente la toma de la Embajada de Japón en Lima por los últimos terroristas marxistas del grupo "Tupac Amaru" ordenando que ninguno de ellos quedara con vida. Y se acabó el terror en Perú.

No se debe olvidar que la Bachelet fue "ayudista de grupos armados de combate" (así lo define la ley antiterrorista) del FMR además de ser amante de uno de sus "comandantes" y se cree que fue ella quien en su calidad de médico "visitó" al secuestrado hijo del dueño del diario "El Mercurio" para ver su estado de salud (lo estaban matando las condiciones del secuestro) para lograr el suculento rescate en varios millones de dólares que se pagaron en Brasil para su liberación.

Fujimori puede haber cometido muchos errores pero dejó a su país en paz y creciendo la economía. Siempre admiró la obra del Gobierno Militar y a Chile, y sería una gran opción para nuestros pueblos que fuera nuevamente Presidente el 2006 ya que las FFAA peruanas lo prefieren a él que a Toledo así como una gran mayoría de su población, y JAMÁS tuvimos problemas con Perú mientras estuvo al mando de su nación; todo lo contrario.

Es un hombre inteligente y oriental; difícil de predecir pero lo que hace tiene un profundo sentido y no es casualidad que haya llegado a Chile justo en los peores momentos con Perú. Podría ser la solución a estos artificiales problemas creados por unos pocos políticos peruanos.


En 1988 continuábamos nuestra labor para cerrar las Causas judiciales en la Fiscalía Militar, pero el FMR seguía actuando, a pesar de encontrarse muy disminuido y en quiebre con el Partido Comunista, y se formó una agrupación autónoma de este que seguía operando, pero ya sin el financiamiento directo de los comunistas sino con asaltos a bancos e instituciones financieras y con asesinatos selectivos. Nuestro trabajo no terminaba nunca.

Por mi parte había congelado mi carrera de Derecho en cuarto año en la Universidad los dos últimos años ya que el trabajo me impedía realizar bien ambas obligaciones. Me había puesto a pololear con la hija de un ex oficial de Ejército que trabajaba para CNI, al cual había conocido años antes en nuestra casa de Av. Pocuro mientras mi padre estaba en DINA cuando estuvo casado con la cantante y actriz Gloria Benavides quien también participaba de esas reuniones sociales.

Pero ahora estaba separado, tenía otra mujer y en principio no me saludaba ya que tenía cierto recelo a mi presencia por que le recordaba un hecho suyo por el cual había sido dado de baja de la institución y del cual culpaba indirectamente a mi padre. Con el tiempo me fue conociendo y yo también a él, quien no era un mal hombre mientras estuviera sobrio.

Un aspecto que noté en mí y en otros camaradas de labores fue la agresividad que teníamos en esos días, de la cual no nos dábamos cuenta. Una noche salí tarde de la Fiscalía y tenía mi auto en el taller, por lo que tomé una “micro” Tobalaba-Las Rejas en la Alameda y que me dejaba a media cuadra de la casa. Me senté detrás del chofer, solo. Eran como las 11 de la noche y cerca de Providencia se suben tres sujetos muy rápido los dos primeros y paga los pasajes el último, mientras los otros se sentaron al final del vehículo. El espejo interior del microbús permitía al conductor ver a casi todos los pasajeros que eran pocos, pero noté que me miraba insistentemente. Me acerqué a él y me dijo ¿usted es uniformado?, le contesté que sí y que andaba armado. Me miró y me dijo que en el próximo semáforo se detendría y pararía la micro mientras le pediría a los pasajeros bajarse ya que inventaría que se había pinchado un neumático. Quedamos de acuerdo y tomé mi arma en mis manos (siempre andaba con bala pasada) esperando el enfrentamiento.

En esos momentos llegamos a la intersección de Tobalaba con Pocuro y el semáforo en rojo, y justo estaba un furgón de carabineros. Se bajó el chofer, yo saqué el seguro de mi arma y esperé, mientras los pasajeros no entendían nada. Se subieron tres carabineros y los sujetos que habían subido se “hacían los dormidos”; los policías los hicieron bajarse y al revisar debajo de los asientos encontraron un revólver. Fueron detenidos. El conductor se subió con cara de alivio y reemprendió la marcha. Nos miramos y me sonrió. Le puse el seguro a mi arma y se acabó. Al llegar a la casa me di cuenta que no estaba asustado ni nada; tenía una pequeña frustración de no haberme enfrentado a los delincuentes y haberlos matado. Ahí comprendí un poco que mi estado de ánimo no era normal; pero no le comenté a nadie el hecho ni menos lo que sentía.

El 5 de octubre de ese año de 1988 se produce el mentado Plebiscito triunfando la opción del “No” que tuvo un excelente despliegue de medios propagandísticos lo que influyó poderosamente en la juventud. Ese resultado significaba un futuro incierto ya que TODOS los que venían querían venganza. Me preocupé de reiniciar mi carrera y dejar un poco el duro trabajo ya que venían tiempos difíciles, pero debía volver en 1989.

El 29 de octubre se me invita por parte de mi polola a su casa, ya que había una fiesta del hijo de la mujer de su padre, y quería que al menos estuviesen personas algo mayores para tratar de controlar a los infaltable vándalos. Llamé a mi amigo Rafael (teniente a la fecha) y me acompañó con su respectiva polola. Al llegar a esa casa ubicada en un pasaje de la comuna de Ñuñoa, guardé en la pieza de mi polola mi arma, el cargador de repuesto, el beeper, una pequeña linterna y las llaves del auto que había estacionado a la salida de esta casa pero dentro del pasaje. Antes de llegar llevé a mi madre a la casa de un primo y cuando me despedí de ella sentí una extraña sensación que sería la última vez que la vería; me fui todo el camino pensando en ello.

Cuando ya estaba en pleno apogeo la fiesta (para jóvenes de unos 18 años; yo tenía 26) vi al padre de mi polola que se encontraba en la cocina en cierto estado alcohólico sin estar borracho y quemando una banderita publicitaria de la campaña del “No” del plebiscito ya pasado. Me extrañó. Cerca de las tres y treinta minutos de la madrugada mi amigo Rafael me dice que tiene que irse a dejar a su polola y se despide. Yo a los diez minutos pensé lo mismo y le pido a mi polola que me traiga mis cosas de su pieza para retirarme. Ella se dirige y pasa al lado de dos jóvenes borrachos y uno de ellos le da una tocasión con sus manos; de inmediato me abalancé sobre él y le dí un puñetazo que me llamó la atención ya que se desmayó y no era tan fuerte el golpe. En ese momento viene saliendo la mujer del padre de mi polola y da un grito al ver a este borracho en el suelo (después me enteraría que era hijo de uno de los jefes de CNI) y aparece el padre de mi polola con tres sujetos más de la cocina y se me lanza encima (medía un metro ochenta y pesaba más de cien kilos). Yo no opuse resistencia alguna y este hombre me sujetaba con un brazo contra mi cuello y mi espalda pegada a la pared y me gritaba incoherentemente “¡QUÉ LE HICISTE A MI HIJA CONCHADETUMADRE!” En ese momento entendí que debía salir de aquella escena ante el loco que tenía encima de mí, mientras su propia hija lo tomaba del brazo y le gritaba que me soltara.

No sé cómo me lo saqué de encima y logré derribarlo mientras saltaba para salir por la puerta de calle y alejarme. Estoy abriendo la puerta y vuelve este tipo a atacarme pero lo sujetan tres jóvenes y jamás olvidaré los ojos que tenía: eran negros sin expresión alguna y me gritó tres veces “¡TE VOY A MATAR!”, mientras su hija me gritaba que me fuera, y llorando. A todo esto, esta niña había vivido toda su vida con su madre y llevaba solo un año junto a su padre y del cual su propia madre le había dicho que le tuviera cuidado.

Salí fuera del patio de la casa, y no sabía qué hacer. Estaba choqueado por los acontecimientos propios de una población marginal, de los cuales no estaba acostumbrado. Pero las llaves del auto y mis cosas se encontraban dentro de la casa y no iba a entrar a buscarlas. A los minutos cuando ya estaba por irme caminando, aparece esta niña y le pido que vaya a buscar mis cosas; ella rápidamente me las trae y nos despedimos. Habían pasado unos treinta minutos desde que comenzó el escándalo al interior del domicilio.

Me encontraba frente a la puerta del auto y de espaldas a la casa, colocándome la sobaquera con mi arma, dejé la linterna arriba del auto mientras lo abría cuando siento un grito tremendo y me doy vuelta: venía mi polola con una cara desesperada y me grita ¡ARRÁNCATE QUE MI PAPÁ VIENE CON LA PISTOLA!

Realmente en ese momento no lo pude creer. Y me quedé ya que no lo veía a él pero sí a varias personas que en la oscuridad salían de la casa y con gritos. Ahí veo que viene este personaje con algo en la mano y detrás de él su mujer gritándole que entrara a la casa, incluso intentándolo por la fuerza. Cuando la luz del alumbrado me permitió verlo mejor le vi la pistola en su mano derecha en alto y buscando su objetivo. Aún no creía que saliera fuera del patio y que sólo iba a ser una bravata, pero cuando veo que su hija trata de detenerlo en la puerta de salida del jardín, éste la golpeó en la cara con la pistola...ahí comprendí que no tenía salida.

Me fui hacia atrás sin dar la espalda, en el pasaje, al mismo tiempo que desenfundaba mi arma y pasaba bala, cuando me golpeo con el poste de luz lo que me impidió en ese momento escaparme de mi desquiciado agresor. Este sale fuera de su casa al pasaje público y en segundos lo veo que me ve y alza su brazo derecho con su arma gritándome ¡CAGASTE!...en una fracción puse mi rodilla derecha en tierra (instintivamente) y veo una sucesión de destellos que salen de su arma y abro fuego con la mía....estábamos a unos cuatro o cinco metros de distancia, pero hasta hoy recuerdo esos momentos en cámara lenta y veo un “túnel” hacia delante iluminado por el fuego del tiroteo a corta distancia y sin sonido, pero luego viene como todo de golpe y siento el estruendo de los disparos y los gritos; todo en menos de dos segundos viene hacia mí. Mi arma disparaba en ráfaga (así estaba fabricada) y siempre apunté hacia abajo ya que el retroceso de la ráfaga hace que esta se levante perdiendo puntería la dirección de los proyectiles.

En los segundos que vienen me doy cuenta que sigo entero y este hombre de pie y pensé “no le di” y se produce instantáneamente sin mediar acción alguna de descanso otro encuentro de disparos por ambas partes, pero yo fuera del poste y contra la pared medianera a mi espalda. Fue muy rápido este segundo choque, pero vi que mi arma estaba sin munición y lo veo caer...levantó el brazo derecho soltando su arma, su cara hacia arriba y su cuerpo hacia atrás cayendo boca abajo muy fuerte en el pavimento del pasaje. Me choqueó profundamente ver cómo salía tanta sangre desde su estómago, el brazo derecho destrozado con fractura expuesta y con su mano izquierda buscando su arma para continuar. No lo podía creer. Me tomé la cabeza con ambas manos pensando ¡tengo que rematarlo! ya que él quería seguir disparando....pero veo llegar a su hijo menor que se lanzó sobre el cuerpo de este sujeto y lo abraza gritándole que no se muriera....

Ahí me dieron ganas de vomitar y me bloqueé. Solté mi arma y la tiré al piso así como la sobaquera y el cargador de repuesto y la chaqueta. Me fui caminando, no podía entender qué había sucedido. Deseaba que llegara luego Carabineros encontrara mi arma, la de él, los testigos, etc. Pero yo no quería estar ahí; sólo quería vomitar y no podía. Había estado tantas veces en “sitios del suceso” de enfrentamientos, muertos, armas...y ahora me tocaba a mí. No lo podía creer. Solo pensaba “se acabó mi vida”, “¡porqué mierda vine a este lugar!”...cientos de preguntas que la mente no responde, hasta que de pronto vi sangre en mi camisa y llegué a la realidad. Pensé que me había herido y con la adrenalina no se sienten muchas veces los disparos, por lo que comencé a revisarme el cuerpo, pero ¡nada! Era sangre de él que me había salpicado.

También en ese momento me acordé de los sujetos de CNI que eran sus amigos, casi todos delincuentes y pensé “estos me cargan esta noche”. Comencé a correr y buscar a carabineros pero no había nadie en las calles en ese momento. Había caminado unas veinte cuadras sin darme cuenta ni de la distancia ni del tiempo.

No hice bien en irme ya que las consecuencias fueron peores. Debí haber sido más frío, haber alejado a todos del lugar, (eran muchos jóvenes en la casa) seguir apuntando al sujeto derribado mientras llegaba una ambulancia y esperar a carabineros para entregar mi arma y la de este tipo. Pero eso nadie lo enseña. Estas personas a instancias de mi agresor les pidió que le escondieran su arma; el hijo de su mujer y otros la tomaron y la guardaron en el techo interior de su casa. Mientras, su mujer lo subía al auto y partían al Hospital Militar. Al llegar carabineros con un sub-teniente sin experiencia alguna, alejó a las personas y cercó con una tiza los lugares donde encontró vainillas disparadas y vio que estaban en distintos y lejanos lugares, así como zonas de impacto en posiciones encontradas en las murallas, por lo que pidió ver el arma de mi agresor (ya tenía la mía, la cual habían manipulado a instancias telefónicas de un amigo de CNI que era un delincuente) y le trajeron otra, por lo que este oficial la “olió” y se dio cuenta que no tenía pólvora “por lo que no había disparado mi agresor”. Y eso puso en el parte de Carabineros esa noche.

Al retirarse los Carabineros, el hijo más sus amigos sacaron el arma del techo interior de la casa y trataron de sacarle el cargador: era una arma muy buena, alemana e inscrita a nombre de mi agresor la que tenía una capacidad para 18 balas. No pudieron sacar el cargador ya que tenía un impacto de bala (mío) en su empuñadura que bloqueaba que lo sacaran, por lo que fueron extrayendo la munición restante por arriba (la recámara) y contaron 14 balas. No se dieron cuenta que la “nana” estaba mirando todo esto.

Cuando llegó el sujeto de CNI extrajo las balas impactadas en la pared detrás de mí que eran cuatro, y que ya habían sido marcadas con tiza por carabineros quienes “pensaban” que Investigaciones las sacaría en la mañana pero no dejaron a nadie custodiando el sitio del suceso por lo que fue completamente contaminado para encubrir la acción de mi agresor y hacerlo aparecer como víctima. Y se llevó el arma para hacerla “desaparecer”. Pero no pudo en ese momento o no quiso (quizás para qué) ya que al día siguiente se dio el aviso cual era el arma utilizada.

Pero Investigaciones al día siguiente hizo un plano del lugar y concluyó con las marcas de las tizas y vainillas incautadas, provenían de dos armas distintas y que los impactos en las murallas distantes hacían ver un enfrentamiento de norte a sur; una indicaba disparos tiro a tiro y la otra en ráfaga. Y ese fue el informe de la Policía de Investigaciones.

Mi agresor murió días después debido a una sola bala que le impactó en el hígado.

El revuelo fue nacional y con escándalo público. La prensa de izquierda y otra no tanto se aprovecharon de denostarme con las versiones de los “testigos” y la “inocencia” de mi agresor, pero era un asunto que apuntaba a mi padre más que a mí. Y no podía hablar ni defenderme públicamente. No se lo deseo ni a mi peor enemigo leer todos los días en la prensa a infelices que han estudiado periodismo disfrutando (eran unos pocos los demás fueron objetivos) de este hecho y buscando toda la mierda posible para tirármela. Y hasta el día de hoy existen.

Fui detenido y acusado de homicidio, agresión y porte ilegal de armas. Me enviaron preso a una pieza en FAMAE (por mi calidad de militar debía permanecer en una Unidad Militar en la prisión preventiva) que la armaron para mi estadía, pero no era una pieza. Era un salón con una estufa, un par de muebles, un biombo, un catre de campaña y un baño.

Se nombró a un Ministro en Visita debido al escándalo (juez civil y de trayectoria muy estricta). No recibí jamás la visita de ninguno de mis compañeros de labores..NINGUNO.

Si de mis compañeros de Universidad y el infaltable hermano de sangre Rafael, quien viajaba desde la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales a verme. Había un patio grande y cuando le tocaba saltar, llevaba su paracaídas y me entretenía empacándolo.

El Ministro era don Adolfo Bañados Cuadra. Hombre serio pero que me creyó desde un principio lo que le relaté, sin mentira alguna. Además trabajó con él entonces detective Rafael Castillo quien era un hombre muy bueno, simple y dedicado a sus labores; y fue él quien encontró a la “nana” que dijo lo que había visto y fue la línea de investigación de la Causa. Se daría con el tiempo la tremenda casualidad que este mismo Ministro condenaría a mi padre por el Caso Letelier y Castillo también trabajaría ahí; además de tener la ingrata misión de haber dirigido la detención violenta de mi padre en enero de 2005.

Pasaban los meses y la pistola de mi agresor no aparecía pero los detectives seguían al sujeto que la tenía, quien había tratado por todos los medios de arreglarle el impacto de bala en la empuñadura (lo que probaba el solo hecho que mi agresor tenía su brazo extendido hacia mí) y el cargador bloqueado a la altura de la bala 14, por lo que había hecho cuatro disparos antes de caer. Y por “casualidad” los únicos proyectiles no encontrados eran los que se encontraban impactados en la pared detrás de mí al momento del enfrentamiento. Cuando ocurrieron los hechos yo no sabía cuanto me había disparado mi agresor (eso se ve sólo en las películas pero no en la vida real) pero estuve varios días con una sensación extraña a los costados de mi estómago en los que sentía que me pinchaban “cuatro agujas”. Me enteré de que eran cuatro disparos efectivos cuando hicimos la reconstitución de escena y me tuve que parar en el mismo lugar y realizar los mismos movimientos; realmente desagradable, casi patético este medio de prueba contemplado en nuestra legislación realizarlo con quienes han vivido algo así.

El Ministro Bañados se aburrió un día y encarceló a casi todos los testigos. A los días hablaron toda la verdad...pero el arma no aparecía. El sujeto de CNI concurrió una mañana de invierno al taller de armas que tenía el Comandante ( r) Roberto Fuentes Morrison y le pidió que le fundiera la pistola de “su amigo”. Este le dijo que no. Y jamás entendí tanta enemistad y odio para conmigo de este y otro sujetos detestables, desleales y delincuentes “con chapa”.

Este sujeto se vio acorralado y un mañana de mayo de 1989 aparece una caja en el patio delantero de la casa del Ministro Bañados. La revisó el GOPE de Carabineros y era la pistola de mi agresor, la cual había sido lanzada desde el exterior en la noche. Ahí se comprobó que el arma tenía todas y cada una de las características descritas desde la misma noche del mortal encuentro.

Salí en libertad un lunes 12 de junio de 1989; había estado 222 días detenido...y por defenderme. Mi primera actuación era ir a saludar y darle las gracias a Roberto Fuentes Morrison pero fue muerto por el FMR (lo remató en el suelo el guardaespaldas de Gladys Marín) el viernes 9 de junio. Si concurrí a su tumba y le dejé unas flores; como también a la de mi agresor ya que jamás fue mi intención quitarle la vida al padre de mi polola y con el cual tenía una relación normal de trabajo, pero siempre que no estuviera con trago.

Pero aún me quedaba todo el proceso. Al día siguiente concurrí a la Fiscalía y enfrenté a todos aquellos que no me fueron a ver, incluyendo a Sergio Cea (era Mayor de Justicia) que estaba a cargo de la Causa de la Vicaría ya que es masón. No fue sorpresa que mi antiguo jefe (quien entregó mi Hoja de Vida al Ministro sin la felicitación que me había otorgado por mi trabajo de Carrizal Bajo) me hubiera destinado. Siempre pensé “ya le tocará a él”. Y así fue años más tarde.

Me tuve que presentar al Comando de Apoyo Administrativo del Ejército a un trabajo de oficina...pero era trabajo al fin y al cabo. Por supuesto que me quitaron de inmediato el permiso para portar armas (el Ministro Bañados nada había dicho) y eso que me habían amenazado estos delincuentes de CNI; pero comenzaba a conocer las “mariconadas” de los infaltables en toda institución. A los días que estaba ahí y donde nadie me dirigía ni la mirada (poco me importaba ya que estaba libre y había aprendido a ver lo bello de la vida que antes no apreciaba) me citó el general a cargo de la repartición. Me presenté y este no me saludó, quien se encontraba con un coronel amigo de toda una vida de mi familia y que me conocía de niño (apellido Burgos y del arma de Ingenieros) y que tampoco me saludó, y comenzaron los gritos. Me subió y me bajó por el hecho que me “había querellado contra miembros de CNI” y que “me pasaría a la Junta Calificadora” (es decir para echarme); no hubo caso que este obtuso oficial entendiera que no se debía permitir a delincuentes dentro de la misma institución y que lo que habían hecho “no era por la Patria”. Al no entender, sencillamente lo mandé “a la cresta” y le lancé mi TIM (Tarjeta de Identificación Militar) a su escritorio y me fui.

Al día siguiente me presenté por última vez y me retiré obligado por las amenazas de este innoble estúpido, del cual me enteraría después que mi padre no le había ayudado en cierta oportunidad. Pero la vida todo lo paga, y dos años más tarde estando en retiro y como gerente de una empresa constructora se las dio de prepotente de nuevo frente a una asalto de terroristas del grupo “Lautaro” y fue muerto.

Así como también el tipo que escondió el arma de mi agresor se suicidaría de un tiro en la boca dentro de su vehículo en un sector cordillerano de la capital.

Pero a mí me quedaban grandes problemas. Cuando llegó el día de la sentencia, creo que fue uno de los más tensos de mi vida. El Ministro me hizo entrar a su despacho (un año después y en plena “democracia”) y me dijo: “Por el cargo de homicidio tiene LEGÍTIMA DEFENSA a pesar que usted le disparó dos ráfagas a su agresor y le impactó los trece disparos de su cargador en su cuerpo, en movimiento y bajo fuego; por el cargo de agresión (al que le dio el “agarrón” a mi polola) lo condeno a dos meses que se dan por cumplidos; y por el cargo de porte ilegal de arma DOS AÑOS a cumplimiento remitido en el Patronato Nacional de Reos (firmar cada mes).

Me explicó que me creía que yo no había modificado el arma y que realmente la había inscrito así, pero la repartición de IDIC del Ejército le había dicho lo contrario en un documento firmado por un general. No lo podía creer. LO ÚNICO QUE NO HABÍA HECHO RESULTABA EN UNA CONDENA.

No soy un santo pero SOY INOCENTE DE ESE CARGO. Y me lo tuve que tragar durante dos años firmando como un vil delincuente, mientras todos aquellos con los que trabajé recibían su medalla “Misión Cumplida” y yo el único idiota que me había sacado la cresta persiguiendo al FMR, perdiendo dos años de Universidad y creyendo que había que darlo todo por Chile, no recibí jamás la condecoración que me correspondía y merecía mucho más que varios cobardes que hoy ni la ponen en sus uniformes.

En fin...salí con vida de uno de los peores traumas de mi vida a los 26 años; pero Mi Guerra no había terminado. Sólo comenzaba otra fase de persecución y traición. Y a pesar que me había prometido no volver a usar jamás un arma en mi vida, tendría que hacerlo otra vez y en circunstancias aún no aclaradas totalmente por los agresores que ingresaron una noche al fundo “Viejo Roble” en 1995 para matar o detener a mi padre por su condena en el Caso Letelier. Pronto lo leerán.

Nos vemos.