diciembre 08, 2014

ASÍ ME SIENTO

Todo hijo es padre de la muerte de su padre
"Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre.
Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso.
Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar.
Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos.
Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda sus medicamentos.
Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz.
Todo hijo es el padre de la muerte de su padre.
Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas.
Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres.
La primera transformación ocurre en el cuarto de baño.
Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera.
La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el “destemplamiento de las aguas”.
Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores. No podemos dejarlos ningún momento.
La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas.
Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones.
Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación. Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros?
Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.
FELIZ EL HIJO QUE ES EL PADRE DE SU PADRE ANTES DE SU MUERTE, Y POBRE DEL HIJO QUE APARECE SÓLO EN EL FUNERAL Y NO SE DESPIDE UN POCO CADA DÍA.
Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos.
En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento:
- Deja que te ayude .
Reunió fuerzas y tomó por primera a su padre en su regazo.
Colocó la cara de su padre contra su pecho.
Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil , tembloroso.
Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable.
Meciendo a su padre de un lado al otro.
Acariciando a su padre.
Calmado el su padre.
Y decía en voz baja :
- Estoy aquí, estoy aquí, papá!
Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí".
(Fabrício Carpinejar "Todo filho é pai da morte de seu pai" versión al español Zorelly Pedroza)

diciembre 06, 2014

Sábado 06 de diciembre de 2014
Desigualdad ante la justicia
Pablo Rodríguez: "No quiero que se confunda lo que digo con una denuncia destemplada. Lo que procuro es describir una realidad insoslayable que, por comodidad, temor o conveniencia, se silencia, haciendo imposible que algún día pueda encararse cada uno de estos factores en beneficio de todos los chilenos..."
Mucho se insiste en la igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos, mandato contenido en el artículo 19 N° 3 de la Constitución. Sin embargo, nada se dice sobre la igual protección ante la jurisdicción, salvo reconocer las garantías que aseguran la defensa jurídica en la forma que la ley señala. No obstante, como lo reclaman millones de chilenos, ocurre que los tribunales de justicia, por diversas razones, no tienen la independencia que requieren para ejercer su tarea (conocer las causas civiles y criminales, resolverlas y hacer ejecutar lo juzgado). Esta debería ser la preocupación fundamental de quienes encabezan el Poder Judicial y un postulado permanentemente vigente.

De nada sirve una legislación perfecta, moderna, inspirada en las mejores tendencias del mundo occidental, si quienes tienen que aplicarla para solucionar conflictos intersubjetivos se ven forzados a desvirtuar su mérito. Es cierto, la justicia depende esencialmente de la calidad de los jueces, más que de las virtudes y perfección de la ley. Tres factores gravitan y determinan esta realidad.

El primero radica en la intervención de las autoridades políticas en la designación y promoción de los jueces, en un universo en que el contencioso administrativo es cada día más extendido y absorbente. Está demostrado que aquellos magistrados que no tienen afinidad con quienes ejercen el poder, o se mantendrán indefinidamente en sus cargos sin ascenso alguno, o abandonarán decepcionados sus funciones. La mejor demostración de lo que digo queda en evidencia por los vaivenes que la jurisprudencia acusa entre uno y otro gobierno en materias tan sensibles para la ciudadanía como la prescripción penal, la cosa juzgada, la amnistía, el debido proceso, etcétera.

Lo indicado es un problema que se arrastra por muchos años, que no es imputable solo a quienes forman parte del Poder Judicial, sino consecuencia de su estructura orgánica. En cierta medida, no puede exigirse a los jueces otro comportamiento. Esta anomalía seguirá pesando indefinidamente en el funcionamiento de la judicatura, ya que no existe ni la más remota posibilidad de corregirla a corto plazo. Como es natural y lo demuestra la experiencia, nadie está dispuesto a restringir la cuota de poder que se le ha asignado. Los jueces solo serán independientes cuando en la generación y promoción de los cargos judiciales desaparezca todo influjo ajeno a su carrera.

El segundo factor a que aludimos consiste en la generación de una atmósfera hostil hacia ciertas personas o instituciones cuya conducta se condena públicamente, incluso con mucha antelación al juicio respectivo. De este fenómeno son responsables algunos medios de comunicación empeñados en desacreditar a quien se ve envuelto en un litigio, los comentaristas especializados, los cuadros políticos que actúan en forma coordinada hasta imponer un veredicto social condenatorio, y todos nosotros que miramos con indiferencia y desaprensión lo que sucede.

Indudablemente, el componente más activo es el tráfico ideológico, que procura destruir la imagen de quien se considera un enemigo, mediante la crítica mordaz y el escarnio. Es frecuente observar cómo un delito cometido por personeros de una firma privada, por ejemplo, se proyecta de inmediato a todo el sector empresarial, dañando, muchas veces, una trayectoria de decenas de años de funcionamiento irreprochable; o un proyecto mal evaluado redunda en la destrucción de una imagen corporativa labrada con tenacidad a través del tiempo.

El tercer factor es la división que propician algunos jueces que, asumiendo posiciones bien definidas y alentando movimientos con inequívocos propósitos políticos, pugnan por imponer un cierto modelo institucional a la judicatura. Este impulso va en aumento, creo yo, ante la actitud displicente de la Corte Suprema, que parece más interesada en otra problemática. Lo que señalamos -que objetivamente nadie podría ignorar- tiene una razón de ser que hunde sus raíces en la debilidad del gobierno judicial por efecto del sometimiento inadvertido de la magistratura a los intereses políticos predominantes.

No quiero que se confunda lo que digo con una denuncia destemplada. Lo que procuro es describir una realidad insoslayable que, por comodidad, temor o conveniencia, se silencia, haciendo imposible que algún día pueda encararse cada uno de estos factores en beneficio de todos los chilenos.

Este país requiere con urgencia de una política realista de largo plazo, que defina con precisión el ámbito de este poder del Estado en el marco institucional, que identifique aquellos problemas que terminarán por agobiarlo si se persiste en encubrirlos, que fortalezca la carrera judicial, proteja su independencia de todo agente o factor ajeno a su tarea específica -sin un sello ideológico inspirador-, y que le dé un estricto carácter profesional. Estos son los jueces que necesitará Chile en el futuro para fortalecer lo que llamamos "Estado institucional de Derecho".

Pablo Rodríguez Grez
Decano Facultad de Derecho
Universidad del Desarrollo 

noviembre 19, 2014

De Hermógenes Pérez de Arce

MIÉRCOLES, 19 DE NOVIEMBRE DE 2014

A Quien Pueda Interesar

Informo a marxistas, leninistas o no; kerenskys, compañeros de ruta, tontos útiles, arrepentidos, cerebros lavados y a medio lavar, prevaricadores y chilenos en general que hoy pronuncié el siguiente discurso de homenaje al coronel Cristián Labbé en un recinto que no se dio a conocer para evitar que todos o algunos de los anteriores lo funaran y destrozaran, generando perjuicios que los  allí reunidos no estábamos dispuestos a pagar:
 
Distinguidos amigos y amigas: Si tuviéramos que elegir una palabra para describir la razón que nos reúne aquí hoy, pienso que sería “lealtad”, que el Diccionario define como “cumplimiento de las leyes del honor y de la hombría de bien.”
 
          Hace más de cuarenta años también me correspondió compartir una tribuna con otro coronel Labbé, el padre el actual, quien, tal como su hijo, había debido sufrir incomprensiones y persecuciones por ceñirse a las leyes del honor y la hombría de bien. Aquel coronel Alberto Labbé debió dejar las filas del Ejército, en 1972, por haberse negado a rendir honores militares a Fidel Castro, lo que junto con valerle el retiro prematuro de las filas lo convirtió en figura pública y movió al Partido Nacional a proclamarlo candidato a senador por Santiago.
 
          Su hijo Cristián, nuestro homenajeado de hoy, siguiendo los pasos de su padre, llenó una honrosa hoja de vida en el Ejército, donde su lealtad al Comandante en Jefe a quien le correspondió secundar, el general Augusto Pinochet, hizo que éste lo distinguiera como uno de sus hombres de más confianza y que pudiera transitar desde encargado de su protección personal, desde los mismos días iniciados el 11 de septiembre de 1973, hasta el desempeño de una cartera en el gabinete, como Secretario General de Gobierno, al final del mandato de ocho años que a dicho general le confiriera el pueblo mediante su voto en el plebiscito de 1980.
 
          Por eso hablar de “dictadura” para ese período no sólo constituye una impropiedad histórica, sino también jurídica, pues se trató de un mandato constitucional fundado en la voluntad del pueblo, durante un período especial de democracia protegida que culminó en la democracia plena inaugurada en 1990 y bajo la cual vivimos hasta hoy, si bien ahora desvirtuada por ilegalidades y atropellos variados, cometidos por los que siempre e históricamente han sido en todo el mundo los principales depredadores del estado de derecho y la sociedad libre.
 
          Su vocación de servicio público llevó a Cristián Labbé, una vez retirado de las filas, y habiendo obtenido en la Universidad Católica de Washington una maestría en Teoría Política y Filosofía, a presentarse como candidato a Alcalde en la comuna de Providencia en los años ‘90, comuna a la cual sirvió durante sucesivos y exitosos períodos hasta 2012, en cuyo brillante desempeño incluso llegó a  alcanzar reconocimiento internacional por la calidad de su despliegue alcaldicio.
 
          Pero el rasgo fundamental del carácter del coronel Labbé, el del “cumplimiento de las leyes del honor y de la hombría de bien”, es decir, la lealtad, no podía estar ausente de su desempeño como servidor público y eso lo convirtió en blanco preferente y favorito de los adversarios del Gobierno Militar que impidió en el país la entronización de un dictadura marxista-leninista.
 
Pues el totalitarismo chileno, derrotado en la guerra armada que declaró y libró para convertir al país en una segunda Cuba o segunda RDA, había ganado la posterior posguerra política e ideológica de los ’90. Gracias a ello, con el concurso de quienes se cambiaron de bando apenas el peligro hubo pasado, logró reescribir la historia, presentándose como el salvador de la democracia que había pretendido destruir y falseando la verdad de una manera tan escandalosa como exitosa, transformándose, mediante una publicidad incesante, de agresor en agredido, de victimario en víctima y de totalitario en demócrata.
 
          Durante este lamentable y desastroso viraje de la posguerra propagandística que ha vivido el país, hemos visto a huestes políticas completas practicar esa deshonrosa costumbre nacional de “darse vuelta la chaqueta”, instituida en la Revolución de 1891 cuando las tropas leales a Balmaceda, que vestían casacas azules con forro blanco, viraban estas últimas para parecerse a las del ejército revolucionario, que eran blancas, y así correr a rendirse sin recibir los disparos del bando triunfador. La “vuelta de chaqueta” general tiene como símbolo paradigmático a Patricio Aylwin I y Patricio Aylwin II, a quienes podemos encontrar en YouTube declarando el primero, en 1973, que "Allende se aprestaba a tomar por las armas la totalidad del poder", y al segundo, en 1993, diciendo: “Yo nunca pensé que la Unidad Popular como tal, ni menos Salvador Allende, estuvieran interesados en dar un golpe y establecer una dictadura”. Esa filmación histórica retrata con exactitud al Chile actual.
 
          Lamentablemente, los que se dieron vuelta la chaqueta hicieron legión y los que no, se convirtieron en excepción y en blanco favorito de la propaganda oficial, que desde 1990 quedó en manos de los adversarios de la libertad. Entonces el alcalde Labbé, exponente principal de la lealtad política, se fue convirtiendo en una verdadera “bestia negra” para los manipuladores de la propaganda oficial, sobre todo si hacía cosas tan incomprendidas como haber sido la única autoridad nacional que desplegó conductas vindicativas concretas para hacer sentir el repudio nacional contra el contubernio que se formó en 1998 entre la justicia socialista española y el laborismo inglés, para privar arteramente de su libertad al ex Presidente Pinochet en Londres en ese año y 1999.
 
          Y también su conducta fue única cuando años después, en 2011, el país entró en un estado prerrevolucionario, habiendo un gobierno débil y encuestocrático enfrentado a la anarquía desatada desde “la calle” por los totalitarios, que ocuparon y usurparon establecimientos educacionales. Pues entonces la única autoridad en el país que veló por la ley y el orden fue el alcalde de Providencia, Cristián Labbé.
 
Eso ya lo convirtió en un símbolo intolerable para los nuevos dueños de la escena pública y la propaganda oficial. Había uno y sólo uno que hacía valer el principio de autoridad y restablecía la legalidad. Entonces hasta la justicia de izquierda se indignó y la Corte Suprema, en manos de aquella, dictaminó que las “tomas” de establecimientos  no podían ser desalojadas, frente a lo cual los liceos de Providencia fueron retomados y el alcalde ya nada pudo hacer.
 
          A esto se añadió que el sentido del honor y hombría de bien del alcalde se extendían a la solidaridad con sus ex compañeros de armas sometidos a la ilegal persecución político-judicial. En sucesivos años me correspondió participar en la presentación de cinco ediciones de la exitosa biografía del más emblemático de los presos políticos uniformados, un dignísimo oficial de brillante hoja de servicio en el Ejército, el brigadier Miguel Krassnoff (aplausos en la sala) convertido en chivo expiatorio del peor de los jueces prevaricadores de la izquierda, que con acusaciones y jureros falsos y sin pruebas suficientes, burlándose además de la legalidad (pues nunca siquiera lo interrogó ni cumplió el trámite esencial de una declaración indagatoria a su respecto, como era su primera obligación) le impuso sucesivas condenas a decenas de años de presidio, se supone que sólo por haber cometido el pecado imperdonable de haber descubierto la guarida del jefe del MIR, principal grupo terrorista y asaltante de bancos de los años ’70, Miguel Enríquez; y haber replicado al fuego de éste, dándole muerte. Enríquez hoy está cerca de ser canonizado y elevado a los altares por los totalitarios travestidos de demócratas; y además, estaba Krassnoff precedido del poco recomendable antecedente, desde el punto de vista de la izquierda marxista, de ser hijo y nieto de militares rusos blancos que en los años ’40 fueron colgados por Stalin en la Plaza Roja de Moscú.
 
          Entonces el alcalde Labbé, como lo hacía con cualquier vecino que lo solicitara para presentar un libro, cedió al hoy fallecido y muy recordado editor Alfonso Márquez de la Plata, en sucesivas ocasiones, el local del Café Literario y el del Club Providencia para presentar las exitosas reediciones de “Prisionero por Servir a Chile”, la biografía de Miguel Krassnoff escrita por la historiadora Gisela Silva Encina, que se agotaba prontamente en las librerías ante un público deseoso de conocer una verdad distinta de la, entre comillas, “verdad judicial y oficial”, la una y la otra, por supuesto, muy distintas de la verdad real. Todo esto hasta que en la presentación de la quinta edición, en 2011, alguien le envió una invitación al acto al entonces Presidente Piñera, una de cuyas secretarias la respondió diciendo que aquél no podría asistir, pero deseándoles al libro y a su protagonista la mejor de las suertes. Por supuesto, eso no sólo le costó el puesto a la infortunada secretaria, sino que la publicidad del episodio movió a las huestes marxistas a desatar un verdadero escándalo nacional, del cual se hicieron parte,  lamentablemente, no pocos tránsfugas de la gesta libertadora de 1973.
 
Sólo gracias a la firmeza del alcalde Labbé pudimos mantener y llevar a cabo el acto de presentación del libro, pero el terrorismo marxista rodeó el Club Providencia y sometió a diversos vejámenes a quienes asistíamos al lanzamiento, quebrando de paso casi todos los vidrios de la institución a un costo de decenas de millones de pesos para el municipio. Finalmente, quienes concurrimos al acto tuvimos que salir en buses policiales sometidos al apedreamiento de las hoy llamadas “víctimas de atropellos a los derechos humanos” que por la fuerza impiden difundir cualquier versión de la historia que no sea la suya, que han logrado imponer sin contrapeso en el país.
 
          Ese acto de lealtad del alcalde Labbé con uno de sus numerosos camaradas caídos tras las líneas enemigas tuvo un costo político infinito para él, porque las falanges marxistas, con el apoyo de los conocidos Kerenskys chilenos y la legión de defectores derechistas que se han dejado lavar el cerebro o dado vuelta la chaqueta, volcaron todo su apoyo y sus recursos, en la elección municipal de 2012, hacia la alternativa de izquierda a la alcaldía, hábilmente camuflada de “independiente y moderada”. Así, la comuna de Providencia fue la única del país que, merced a esta maniobra electorera, terminó teniendo más electores nuevos que antiguos, y éstos la hicieron caer en manos de los revolucionarios y pusieron término a la prolongada y exitosa gestión de Labbé.
 
Las tardías voces de alarma de los nuestros, que somos cada vez menos, me llevaron a trasladar mi propia inscripción a Providencia antes de la elección, y allí en la respectiva fila ante el Registro Electoral pude comprobar, con sólo oír los comentarios, que la movilización de los detractores del alcalde había sido mucho más masiva que la nuestra. Y eso, sumado a la desidia del electorado de derecha de Providencia, que en gran parte no acudió a votar, se tradujo en la derrota de la única autoridad del país que había hecho valer la fuerza de la ley cuando la anarquía se apoderaba de él.
 
Ése fue el paso previo a la persecución judicial desatada hace poco en su contra, como continuación de la oleada de procesos iniciada por el gobierno de Piñera y su subsecretario Ubilla, que triplicaron las querellas contra uniformados a través de la Oficina de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.
 
          El ex alcalde Labbé, entonces, pasó a integrar la nómina de los soldados “caídos tras las líneas enemigas” y entregados a su infausta suerte. Ya se ha hecho costumbre que los uniformados sean condenados por un delito nuevo tipificado por la justicia de izquierda, el de “haber estado ahí”, amén de que con ello se desconocen las leyes de amnistía, de prescripción, de cosa juzgada y la verdad de los hechos. Pero al alcalde Labbé iba a inaugurar la era de un nuevo delito, al ser procesado por el delito de “no haber estado ahí”, porque nunca estuvo donde el tribunal sostenía que habían tenido lugar delitos hace cuarenta años. Por suerte, pese a los esfuerzos del actual Ministerio del Interior, continuador de la persecución desatada por Piñera, la Corte de Apelaciones no ha podido menos que reconocer que no hay prueba alguna de que Cristián Labbé haya estado en el lugar en que supuestamente acontecieron los hechos amnistiados, prescritos y ya antes juzgados, no obstante lo cual ya él ha sufrido las consecuencias de la publicidad negativa, la invención de atrocidades inexistentes y la pérdida de fuentes de ingresos que suscitan estos procesos ilegales, que son tramitados principalmente en papel de diario y a través de micrófonos y pantallas sensacionalistas.
 
          Como el alcalde Labbé fue un hombre público honrado, abandonó su cargo sin medios de fortuna y ha debido enfrentar los gastos derivados de la persecución judicial con las limitadas posibilidades que le da su pensión militar de 600 mil pesos mensuales brutos. Pidió a la justicia, entonces, que le redujera el monto de la fianza para obtener la libertad provisional, de 300 a 50 mil pesos, y la justicia de izquierda le replicó alzándosela a 500 mil pesos.
 
          Por supuesto, nada de esto lo habría sufrido el coronel Labbé si hubiera sido un hombre obsecuente y hubiera virado oportunamente su casaca. Algunos que lo hicieron, aun teniendo un negro prontuario por actuaciones indebidas, no han sido objeto de persecuciones ni querellas, porque los triunfadores de la posguerra compran así a quienes se pasan a sus filas, pero si hay algo que no perdonan, es la lealtad a sus posiciones de los que se niegan a desertar del legado del 11 de septiembre de 1973.
 
          Pero los que estamos aquí reunidos hoy, si hay algo que admiramos, es precisamente la consecuencia política, la lealtad y el coraje para defender la verdad y las propias ideas.
 
          El coronel Cristián Labbé Galilea es el mejor ejemplo de esa patriótica conducta y por eso queremos manifestarle hoy no sólo nuestra adhesión y nuestro desagravio por la injusta persecución que ha sufrido, sino nuestra disposición a acompañarlo y ayudarlo en cualquier emprendimiento político futuro que despliegue para defender los principios en los cuales creemos y que él ha sabido mantener muy en alto.
 
                Coronel Labbé: lo apoyamos, le creemos y confiamos en usted. Su coraje, lealtad y consecuencia son más que nunca necesarios en el Chile de hoy, así es que cuente con nosotros.
 

septiembre 29, 2014

Abogado Hernán Corral Talciani escribe:

El Ministro de Justicia y la Ministra Secretaria General de la Presidencia anunciaron el jueves 11 de septiembre que el gobierno pondría urgencia a un proyecto de ley por el cual se declara “insanablemente nulo” el Decreto Ley Nº 2.191 que concedió una amnistía para todos los responsables de los delitos cometidos entre 1973 y 1978. Posteriormente, los medios han hablado de derogación o de anulación y se ha discutido sobre las diferencias en los efectos que se producirían en uno u otro caso.

Precisemos, primeramente, que el Decreto Ley Nº 2.191 tiene el valor de ley y fue aprobado por el poder legislativo que existía en dicho tiempo, conforme a las reglas constitucionales dictadas en ejercicio del poder constituyente originario, por el gobierno de las Fuerzas Armadas que asumió el 11 de septiembre de 1973. Restaurada la democracia, los decretos leyes dictados siguen teniendo vigor como normas legales mientras no sean derogados o modificados por leyes aprobados por el Congreso Nacional. Más allá de las discusiones sobre la legitimidad de un gobierno de facto (una dictadura), la permanencia en vigor de dichas normas ha sido respaldada por la doctrina y la jurisprudencia para preservar el valor superior de la seguridad jurídica y la paz social. De hecho, son muchísimos los decretos leyes que siguen rigiendo nuestra vida nacional sin que se discuta sobre su vigencia (D.L. 3.500, sobre el sistema de pensiones, D.L. 211, sobre libre competencia, D.L. 2.695, sobre regularización de la propiedad raíz, D.L. 1.939, sobre bienes fiscales, etc.).

Como norma legal vigente, el D.L. Nº 2.191 sobre amnistía puede ser derogado por medio de otra ley que no precisa de quórum calificado. La derogación, sin embargo, no puede desconocer que durante todo este tiempo dicha norma legal estuvo vigente y ha podido ser aplicado por los tribunales. La derogación no permitiría que se reabrieran procesos que hubieren terminado por la aplicación de la amnistía, ya que ello vulneraría el art. 76 de la Constitución que dispone que “Ni el Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos”.

Si se tratara de un proceso penal en curso o de alguno que se abra con posterioridad a la derogación sobre delitos cometidos en el período comprendido por la amnistía, tampoco podría dejar de aplicarse el D.L. Nº 2.191 a pesar de haber sido ya derogado. A esta conclusión se llega por la aplicación del principio retroactividad de la ley más favorable al reo que está consagrado en el art. 18 del Código Penal y en el art. 19 Nº 3 de la Constitución. Según esta última norma, “ningún delito se castigará con otra pena que la que señale una ley promulgada con anterioridad a su perpetración, a menos que una nueva ley favorezca al afectado”. El inc. 2º del art. 18 del Código Penal, por su parte, dispone que “Si después de cometido el delito y antes de que se pronuncie sentencia de término, se promulgare otra ley que exima tal hecho de toda pena o le aplique una menos rigurosa, deberá arreglarse a ella su juzgamiento”. Evidentemente, la ley de amnistía es más favorable al reo pues constituye una causa de extinción de la responsabilidad penal. Podría decirse que esto se aplica siempre que la ley más favorable permanezca en vigor al momento en que se dicte la sentencia. Pero las normas de la Constitución y del Código Penal no exigen que la ley más favorable esté vigente al momento del juzgamiento, basta que se hayan promulgado con posterioridad a la comisión del hecho punible. Este tema no es extraño a la dogmática penal, y se le conoce como el problema de las “leyes intermedias”. La opinión dominante es que debe aplicarse la ley intermedia si es más favorable al reo que la vigente. Al respecto señala Alfredo Etcheberry que una razón de humanidad apoya esta solución ya que “no resultaría justo perjudicar al reo por una demora en su proceso, que generalmente no le es imputable” (Derecho Penal. Parte general, Edit. Jurídica de Chile, 3ª edic., Santiago, 1998, reim. 2005, t. I, p. 148).

Al advertir estas limitaciones, y siguiendo el ejemplo de lo sucedido en Argentina, se propone no derogar el D.L. Nº 2.191 sino declarar su nulidad. El art. 1º del proyecto de los senadores Girardi, Letelier, Navarro y Ruiz Ezquide dispone: “Declárase insanablemente nulo por inconstitucional, el Decreto ley N° 2191 de 19 de abril de 1978”. Las causas de la nulidad serían su inconstitucionalidad, su contrariedad al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el hecho de constituir una “autoamnistía”. Al declararse la nulidad, se entendería que la norma legal nunca existió ni pudo producir efectos. De esta manera, los tribunales no podrían aplicarla a procesos sobre la base de la ley penal más favorable al reo e incluso se podrían reabrir todos los casos en que se hubiera aplicado aunque estuvieren fallados por sentencia firme. Esto último nos parece muy discutible, aunque se estimara procedente la declaración de nulidad del Decreto Ley. De nuevo la prohibición de reabrir los procesos fenecidos, que implica la imposibilidad de que leyes puedan tener efecto retroactivo sobre la cosa juzgada establecida en el art. 76 de la Constitución, se erige como un impedimento para reabrir causas falladas. Adviértase que el art. 9 del Código Civil excepciona a las leyes interpretativas del principio de irretroactividad de la ley, pero con una limitación: “pero no afectarán en manera alguna los efectos de las sentencia judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio”.
Sin perjuicio de lo anterior, entendemos que no es admisible jurídicamente que el Congreso dicte una ley para declarar la nulidad de otra ley (o de cualquier otro acto jurídico). Si se revisan las materias sobre las cuales puede dictarse una ley, enumeradas taxativamente en el art. 63 de la Carta Fundamental, se verá que ninguna de ellas puede dar pie para pensar que el Congreso puede aprobar una ley cuyo objeto sea declarar la nulidad de otra. Y es lógico que no se la encuentre. La nulidad es una sanción que determina la ineficacia de un acto jurídico por no cumplir con los requisitos de validez exigidos por el ordenamiento jurídico, de modo que su declaración o constatación (en los casos de nulidad de pleno derecho, a veces denominada “nulidad de derecho público”), es de competencia exclusiva de los tribunales de justicia, conforme lo establece la primera parte del art. 76 de la Constitución. Si fuera competencia del Congreso declarar la nulidad de sus propias leyes, perderían sentido todas las limitaciones a la retroactividad o ultractividad de las disposiciones legales.
Si se llegara a dictar una ley que pretendiera anular otra (en el caso, el D.L. 2191), el Congreso estaría infringiendo el art. 7 inc. 2º de la Constitución: “Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes”. La sanción es justamente la nulidad: “Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale”. Tratándose de un vicio de nulidad que implica la infracción de la Constitución, podrá ejercerse el control del Tribunal Constitucional, ya sea en forma previa durante la tramitación legislativa (a petición del Presidente, de las Cámaras o de un cuarto de los senadores o diputados en ejercicio) o a posteriori, a través del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad (cfr. art. 93 Nº 3, 6 y 7 Const.).

En suma, una ley que pretendiera declarar la nulidad de la “Ley de amnistía” sería “insanablemente” nula.

agosto 22, 2014

PARA NO OLVIDAR

https://www.youtube.com/watch?v=ujtjfwFcBrE


https://www.youtube.com/watch?v=b2JYopeGbgo

Este último video fue hecho por marxistas ateos y tiene parte de su publicidad, sin embargo nos permite al verlo ver a cada uno de nosotros su propia conclusión.

Que lo disfruten, feliz mes de Septiembre CHILE.

Manuel

agosto 21, 2014


MANIFIESTO DE BUENOS AIRES

Declaración del Foro de Buenos Aires por la Justicia, la Concordia y la Libertad

Los pueblos hispanoamericanos han nacido unidos, con un común origen y participando de una misma tradición cultural. Esta tradición de nuestras patrias tiene en sus fundamentos la búsqueda de la justicia, la concordia y la libertad, sin las cuales es imposible el logro del bien común.

Como es sabido, desde la segunda mitad del siglo pasado nuestros pueblos han sufrido un feroz ataque de la revolución armada de corte ideológico castro-comunista cuyo fin era la destrucción de su tradición fundacional para reemplazarla por una utopía. Con astucia y después de haber sido derrotados por las armas, los enemigos de nuestros países han valorado la conveniencia de proseguir la revolución, pero ahora por vías —aparentemente— incruentas, valiéndose de instrumentos culturales, políticos y jurídicos para lograr sus espurios fines, encaminándose a ellos sin titubear, proyectando sus aspiraciones revolucionarias a través de estos refinados medios, atacando a los países de la América hispana no solo ni principalmente desde fuera sino también por dentro de sus “murallas”.

Después de la caída del Muro de Berlín, grupos de tendencia “progresista” se unieron y constituyeron el Foro de San Pablo, lo que les permitió no solo crecer en tamaño y poder, sino incluso alcanzar muy importantes cargos públicos en diversos países de la Región y en organismo supraestatales, adueñándose de algunos

De ellos. Esta unión pone de manifiesto la existencia de un proyecto revolucionario que —astutamente— actúa de manera diversa en los distintos países. En algunos lugares, la naturaleza ideológica de este proyecto se despliega de un modo tal que se encuentra arraigada desde hace años a través de gobiernos que apuntan al socialismo y plantean como norte y aliado fundamental al gobierno cubano, aquel que desde la última mitad del siglo XX ha intentado por diversos medios influenciar a las naciones hispanoamericanas para “convertirlas” al comunismo.

Precisamente, es signo de este avance el surgimiento y consolidación en los últimos tiempos de estos gobiernos llamados “populistas” –que no son sino verdaderos avances totalitarios, carentes de auténtica legitimidad– con sus opresoras promesas de “liberación” de los más pobres, quienes en la mayoría de los casos son engañados –explotándose sus necesidades– y consiguientemente convertidos en “masa” para ser usados por quienes detentan el poder.

Vencida por las vías militares, la revolución ha procurado la humillación y el debilitamiento de nuestros ejércitos, tanto por caminos económicos como ideológicos, negándose la necesidad de las Fuerzas Armadas como órganos fundamentales para la protección y supervivencia de toda entidad política autosuficiente, atacándolas desde diversas perspectivas, en una venganza por las victorias del ayer, desmoralizando a sus miembros, incluso corrompiendo a una importante cantidad de ellos y cambiando sus funciones, para desviarlos del natural servicio a sus Estados hacia otros fines.

En este camino revolucionario, los derechos humanos —lejos de ser afirmados como facultades propias de las personas para reclamar aquellas cosas que les son debidas en justicia— son utilizados como fundamentos para la construcción de ideologías que parcializan la realidad y atentan contra el bien común de nuestras patrias y de la América hispana en su totalidad a través de la conformación de una cierta comunidad ideológica. En este proceso tienen un rol de privilegio organismos internacionales —principalmente de alcance continental—tales como la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las que aplicando estas ideologías —y en el caso de esta última, un activismo judicial inaudito— actuando sus miembros como sacerdotes intérpretes de una religión civil iushumanista, intentan imponer sus criterios a los pueblos americanos, soslayando las soberanías estatales y las tradiciones patrias, y llegan al extremo de arrogarse facultades penales, e incluso constituyentes, pretendiendo modificar los preceptos de las cartas políticas de nuestros países.

Así, lademocracia ha sido convertida en una máscara que oculta el dominio de una oligarquía inter y supraestatal que ataca a nuestros pueblos. Se afectan por ello los derechos de nuestras comunidades políticas a encaminarse a su felicidad, el imprescriptible derecho de los diversos países de esta parte del orbe a buscar su bien común sin ataduras ni condicionamientos.

 Por esta ideología y estos criterios se desconocen y falsean los deberes de justicia y se viola la legalidad, resquebrajándose en muchos casos la concordia y ahogándose cada vez más las legítimas libertades de las cuales debemos gozar quienes pretendemos convivir en comunidades auténticamente republicanas, llegándose a usar cotidianamente a los poderes públicos estatales como factores de opresión a estas legítimas libertades.

Muestra eminente de esta opresión son los procesos judiciales que —vulnerando las más elementales garantías constitucionales y convencionales en materia penal— están siendo llevados a cabo en algunos países de la Región contra miles de personas por haber participado en la defensa de nuestras patrias contra el terrorismo guerrillero durante las últimas décadas del siglo pasado y —en algunos lugares— aún hoy.
Se trata de procesos judiciales promovidos inicialmente contra personas pertenecientes a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, pero progresivamente extendidos a funcionarios civiles, periodistas, empresarios y demás en auténticas persecuciones que van tomando carácter de “políticas de Estado”, en abierta contradicción con normas constitucionales y legales y de convenios internacionales en materia de derechos humanos, procesos que siguen criterios diversos a los aplicados al resto de los ciudadanos, en manifiesta violación al principio de igualdad ante la ley, institucionalizándose de este modo la injusticia y la opresión.
El ataque a nuestras patrias se materializa también a través de
alteraciones cuidadosamente preparadas de la cultura, la historia y el lenguaje. A través de los medios de comunicación y de los agentes educativos se introducen neologismos y se van configurando ciertos usos idiomáticos que resultan instrumentales a los fines del proceso revolucionario. El falseamiento de la realidad histórica y actual, con el objetivo de ajustar los hechos a las conveniencias ideológicas, es otro hito fundamental en esta empresa demoledora de nuestras raíces.

Somos conscientes de que el vicio y el error se multiplican con facilidad.
Entre los gravísimos efectos de esta crisis encontramos la propagación del narcotráfico, del narcoterrorismo, de la trata de personas y de la corrupción generalizada. Las persecuciones que se llevan a cabo contra algunos sectores de nuestros pueblos pronto se extenderán y avanzarán sobre otros hasta ahora indemnes. Es por ello que no podemos mantenernos inactivos frente a las numerosas injusticias que se llevan a cabo día a día en este marco de enfermedad social, una misma enfermedad con diversos estadios y síntomas, que varían de acuerdo a los diferentes países.

Felizmente, existen acciones y perspectivas de resistencia que obstaculizan el triunfo total de este nefasto proyecto. Los patriotas de Hispanoamérica, víctimas de esta opresión, no dejan de intentar caminos para liberarse de ella, a través de protestas públicas, denuncias ante foros locales e internacionales, intervenciones en aquellos medios de comunicación que no han sido absolutamente captados por el enemigo, en las “redes sociales” de internet y en todos aquellos espacios en los que se les permite difundir sus mensajes.
Ante la existencia de esta situación crítica, fomentada por una
comunidad ideológica que supera las fronteras de nuestros Estados, congregando a buena parte de los enemigos de nuestras patrias, hemos tomado conciencia de la necesidad de unirnos para resistir con fortaleza y actuar con constancia y determinación para lograr el restablecimiento de la justicia, con base en la recuperación de la concordia, en un marco de libertad, bienes sin los cuales corremos hacia el abismo.

La justicia, porque es prioritaria la vigencia de la legalidad y la realización de la equidad, sin las cuales sería iluso pensar en el éxito de los sistemas republicanos. La concordia, entendida como una amistad política, como un querer común de aquellos elementos necesarios para la subsistencia de la vida social, sin cuya existencia nuestras comunidades políticas se disolverían, a falta del mínimo presupuesto de la convivencia para albergar esperanzas de apuntar al logro del bien común de nuestros pueblos. Y la libertad, que es requerida para que dichos pueblos y los hombres que los integran puedan ordenarse a alcanzar sus potencialidades, en dirección a la felicidad tanto individual como política y social.

No buscamos una empresa “internacionalista” sino una cooperación cimentada en una convergencia de aquellos que reconocemos una amenaza y un problema común, ya que juntos podemos luchar de manera mucho más eficaz. Es el momento del combate codo a codo, de decidirnos a cooperar por el bien de nuestras patrias. Es preciso llevar a cabo, entonces, una acción mancomunada en los campos de la cultura, de la política, del derecho y de la educación en pos del futuro de nuestros países como comunidades políticas, por su misma existencia como entidades independientes y soberanas. Es imperioso evitar que el resentimiento de unos pocos y el falseamiento de la historia dividan y enfrenten definitivamente a nuestros pueblos, impidiéndoles encontrar el camino de armonía y concordia que sus mayorías reclaman.
Es eldeber de la hora y no podemos postergarlo, por nosotros, por los que han muerto, y por los que no han nacido todavía.

Por ello, asumiendo los deberes de patriotismo, coraje y solidaridad que nos son exigidos en este momento y sobre los que se nos pedirá cuenta, constituimos el Foro de Buenos Aires por la Justicia, la Concordia y la Libertad, invitando a todos los patriotas de la América hispana a sumarse a esta iniciativa.

Buenos Aires, 20 de agosto de 2014.

agosto 19, 2014

Por Gonzalo Rojas Sánchez

Héctor Maturana Urzúa, uno de los asesinos en 1986 de los cinco escoltas del Presidente Pinochet, ha estado de paso en Chile al cumplir su pena de 20 años de extrañamiento. Integró el Frente Manuel Rodríguez, brazo armado del Partido Comunista, cuyo presidente y honorable diputado ha reconocido haber autorizado el criminal atentado. Obvio: era el jefe de ese aparato militar.


Por ese crimen –que en el reportaje de La Tercera se califica de “emboscada”– Maturana fue sometido a un control policial en Talca en 1989, oportunidad en que asesinó al teniente de Carabineros, Juan Carlos Amar. Después fue detenido. En 1994, en virtud de la reforma constitucional que permitió al Presidente de la República indultar terroristas y, apoyándose en la Leyes Cumplido, Aylwin lo indultó junto a otros 29 criminales. Por cierto, La Tercera los califica como “prisioneros políticos del Gobierno Militar”.


Después de 20 años de extrañamiento en Bélgica, donde recibió la pensión equivalente a un miembro de la resistencia contra el Nazismo, Maturana ha podido volver a Chile, aunque no sabe si preferirá finalmente la placidez de la Belgique o volver definitivamente al país, con la consiguiente necesidad de tener que integrarse a los cuadros actuales del PC, en democracia y teniendo que pagar cuotas.
El tema es tremendo: este hombre tiene seis vidas cargando sobre su conciencia, pero al pasar por Santiago ha declarado: “No me arrepiento de nada. Yo elegí la resistencia y ellos eligieron la comodidad del régimen. Nosotros tomamos decisiones drásticas en su momento que implicaban dar muerte a alguien o morir en el intento.”.


La conmoción que provoca este caso es tal que bastan estas tres preguntas para reflexionar y comentarlo con otras personas:


¿Es admisible que se haya inventado la insólita figura jurídica del secuestro permanente para condenar a militares cuando lo único realmente permanente son las muertes que asesinos como Maturana provocaron?


¿Es posible que se siga sosteniendo que muchos izquierdistas que invocan sus derechos humanos fueron simples víctimas, cuando declaran abiertamente que entraban a una guerra para matar o morir?


¿Es sensato que hombres como Aylwin o Cumplido vayan a pasar a la historia como pacificadores, cuando liberaron asesinos que no han cumplido condenas efectivas y, además, lo hicieron sobre la sangre que esos mismos criminales derramaron por su mano cegando la vida de Jaime Guzmán justamente por causa de esa política de indultos?

marzo 18, 2014

GRAVE OFENSA A LA DIGNIDAD

En la edición de noticias del canal televisivo de la Universidad Católica de ayer domingo 16 de marzo, se mostró como exclusiva, una nota absolutamente ofensiva a la dignidad que merece toda persona, lo que requiere al menos una explicación del canal, o a una aclaración de la Institución vinculada: Gendarmería de Chile.

Me refiero a una filmación bastante especial de los momentos cruciales en que fueron sacados del Penal Cordillera, los oficiales en retiro del Ejército de Chile que permanecieron allí hasta el cierre del recinto, y su llegada a Punta Peuco, donde se encuentran ahora.

¿Por qué el canal televisivo, sin razón alguna que lo justifique, salvo la vulgar farandulería, muestra una muy bien editada filmación de un hecho ocurrido seis meses atrás?

¿El canal de la Universidad Católica no tiene parámetros éticos que regulen lo que se puede o no debe mostrar sin menoscabar la dignidad de personas que muy al margen de la situación que viven, merecen respeto?

¿Lo que se vio anoche en el noticiero, muestra realmente el modus operandi de Gendarmería de Chile?

Hago una breve descripción de lo que se mostró por televisión:

La nota comienza con una exposición de las cédulas de identidad "retenidas" de los oficiales de Ejército en retiro presos políticos (las que se supone están en poder de un funcionario que debe velar por ellas y por su discreción). Inmediatamente, mostrando una a una éstas y leyendo el nombre de la persona, mostraban al afectado en el momento preciso en que era sacado de la dependencia que ocupaba y era subido a un vehículo de la Institución. Completada la exhibición humillante y burlesca de cada uno de los presos políticos, las personas que hacían la filmación, los mostraban a través de las ventanillas del vehículo. Llegados a Punta Peuco, los muestran entrando a las dependencias donde permanecerán cumpliendo su presidio político, muestran además parte de las instalaciones, baños, duchas, incluso los WC; y el momento en que cada uno era introducido a su habitación (o celda). Esto entre otros muchos detalles que prefiero omitir por respeto a mis camaradas.

Antes me preguntaba si ese era el modus operandi de Gendarmería de Chile. Pero en realidad eso lo descarto, estoy seguro que una Institución que por años ha cumplido una misión tan particular, tiene sus propios reglamentos que regulan el desarrollo de sus actividades. Y como lo que se vio en televisión escapa a lo que corresponde a una actividad correcta y profesional, estoy seguro que lo que ocurrió fue por la actuación de agentes externos a la Institución.

De ser así las cosas, los afectados fueron la misma Institución que se vio vulnerada, pero principalmente los Oficiales de Ejército en retiro, que sin poder hacer nada vieron como se "trapeaba" con su dignidad humana.

Si Gendarmería a modo de protección de su personal y de sus actividades, debe realizar filmaciones, estoy seguro que éstas las hace a través de cámaras de vigilancia instaladas previamente, pero nunca a través de una jauría de camarógrafos que perseguían a las personas afectadas, que las enfocaban a la cara, las cosas que llevaban en sus manos y hasta su forma de caminar.

¿Esos camarógrafos eran de Gendarmería?, imposible, es más, en la filmación se ve claramente como los Gendarmes tratan de proteger a los oficiales prisioneros políticos, incluso los ayudan a caminar, a subirse al vehículo que los transportó; y en Punta Peuco les muestran con respeto las instalaciones y los dormitorios.

Creo no equivocarme al insistir en que esa filmación no corresponde a Gendarmería, sino que es parte del show que tenía programado la autoridad política de turno en Chile, cuando ocurrieron los hechos. Y si su exhibición se abortó en el momento, fue porque producto del descriterio de la misma autoridad, uno de los oficiales de Ejército en retiro afectados, días antes se había suicidado, y la derecha política, en plena campaña presidencial, estaba pagando las consecuencias.

Pero insisto, ¿Por qué el canal católico de televisión muestra el desatinado reportaje?

Alejandro Russell

Coronel (r) del Ejército de Chile

marzo 11, 2014

ADIÓS PIÑERA, DESLEAL DE POCA MONTA, MENTIROSO Y COBARDE FRENTE A TUS PROMESAS Y DEBERES. FANGO DE TRAICIONES FUE TU GOBIERNO, ENTREGASTE MAR CHILENO Y MILITARES MUERTOS Y ENCARCELADOS DE POR VIDA GRACIAS A QUE ELEGISTE EL CAMINO DEL ENEMIGO, EL SENDERO DE LA MALDAD MARXISTA. FUISTE PEOR QUE FREI MONTALVA QUE LE HIZO EL FAVOR A ALLENDE YA QUE LE ENTREGAS EL PODER NO SÓLO A BACHELET SINO A LA PRÓXIMA "UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS DE AMÉRICA LATINA". NO TE OLVIDAREMOS LO QUE LE HCISTE A LA FAMILIA MILITAR, A LOS QUE SALVARON A CHILE DEL COMUNISMO DE ENTONCES UN 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973.

marzo 09, 2014


"República Socialista de América Latina". Objetivo final del Frente Bolivariano de Liberación cuya herramienta es el denominado "Foro de San Pablo". Es un Plan Estratégico ideado por las mentes intrínsicamente perversas del comunismo que tiene como plataforma a todos los grupos y partidos políticos que tienen a las ideas de Marx como una religión, ya sea comunistas, socialistas, izquierdistas.

Cuando los hermanos Castro de Cuba se dieron cuenta que ya no se podía acceder al poder de América por la brutalidad de las armas, confeccionaron este Plan que es tomarse dicho poder en cada país de nuestro continente por la vía electoral, bajo la premisa del descontento, de la envidia, del vago que profita y vive del Estado.

Desde 1990 en adelante han puesto en marcha esta iniciativa que comienza con la infiltración de los medios de comunicación, luego el poder judicial, el poder legislativo y finalmente el poder ejecutivo o presidencia. Lo han logrado no sin el capitalismo ya que para tamaño objetivo cuentan con los millones de dólares del petróleo venezolano, obteniendo a la misma Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil y ahora Chile una vez más, en que financiaron la campaña de Bachelet con la llegada del Partido Comunista al gobierno.

Pero eso es una fase, ya que la segunda es mantener ese poder a todo costo, modificando para ello las Constituciones de cada país para tener reelecciones permanentes y situarse por la fuerza (las milicias populares o colectivos y eliminación paulatina de los Ejércitos así como la anulación operativa de las policías) para llegar a la "unificación democrática" de los países, emulando a la ex Unión Soviética (lo que significaría para Chile entregarle territorio a Bolivia).

La única esperanza que nos queda como continente es que caiga el régimen de Venezuela, llegue a la presidencia un líder anti-comunista que le corte el petróleo a Cuba, logrando que también caiga esa dictadura y vuelva a ser libre, como así mismo deje de financiar a todos los países de esta estructura y los Partidos Comunistas, especialmente el de Chile y políticos afines. Este Objetivo lo podrán apreciar este 11 de marzo en que Isabel Allende (hija del peor presidente que hemos tenido) le entregue la banda presidencial a Bachelet (quien nos llevará a un desastre ya que no tiene capacidad de mando) rodeada y aplaudida por todos los marxistas chilenos y los extranjeros representados por sus mandatarios. Sólo me queda rezar a la Virgen del Carmen, Patrona de Chile y sus FFAA para que tengamos el valor y la sabiduría de enfrentar valientemente lo que se nos viene encima.

 

 Manuel Contreras Valdebenito

 

 

febrero 12, 2014

Llene mi copa Alférez

Llene mi copa alférez
que este vino me calma estas ansias inmensas
que tengo de llorar........
Es inútil que quieras sondear mi estado de alma,
hay cosa que por cierto, usted no entenderá.
.........Llene mi copa alférez, y no ponga esa cara
de inquietud y de duda, porque quiero beber.........
sus años todavía no le han dado el derecho
de saber lo que pueden dos ojos de mujer........
No me acompañe alférez, ...........yo agradezco su gesto de estar toda la noche junto a su capitán.......
pero estas cosas tristes son solo para hombres
y usted con sus 20 años,....... no las logra captar
sí, .............ya sé que es la hora, la batería espera enganchada al momento de salir a instrucción........pero, que quiere que haga, no podría moverme,
sino para vengarme de esta cruel traición.
Yo la tuve 10 años comprende!.......
Por 10 años su mirada de fuego se cruzó con la mía.
Por 10 años su aliento se fundió con mi aliento,
compartiendo a mi lado dolores y alegrías.
Pero, vino el dinero a turbar esta dicha,
y en esta ausencia mía floreció la ocasión.
Y ayer, a mi regreso, me dieron la noticia,
de su infame escapada con un vulgar ladrón.
Llene mi copa alférez, que este vino parece que tiene el don supremo de calmar mi dolor.
No llene usted la suya, déjeme beber solo,
recuerde que usted tiene que salir a instrucción.
Vaya,........ váyase pronto, que van a ser las siete, diga al teniente Nuño que parta a soledad.
Y una cosa le ordeno,............ que nadie nunca sepa,...........Que por dos ojos negros,,falló su capitán!!!!!