El 21 de mayo le correspondía a mi hija Bárbara desfilar en Valparaíso en honor a las Glorias de la Armada como miembro del primer año de la Escuela Naval.
Como todo padre y como ex oficial de la Armada es un privilegio asistir como espectador a la ceremonia en la Plaza Sotomayor aunque tenía mis aprensiones por lo que había sucedido en Santiago los días previos. Decidí no asistir a dicha ceremonia ya que iba con sus hermanas mellizas de 12 años y prefería no exponerlas por lo que opté por esperar a la cadete a su llegada a la Escuela Naval.
Después de una hora de espera aparecieron unos buses de la empresa Pullman y bajan los cadetes equipados ... ¿porqué no habían llegado marchando como acostumbran? ... diviso a mi hija y me acerco para saludarla y me dice: "Quedó la escoba ... después le cuento" ... ingresan a la Escuela y el Regimiento Maipo le rinde honores con desfile a la Escuela Naval formada. No me expliqué el simbolismo de esa presentación hasta que me entero que una turba de delincuentes había arrojado piedras a las últimas secciones del batallón Escuela y que ante dicha provocación, y no teniendo opciones de defenderse, recibieron la orden de continuar al trote y luego correr para ponerse a salvo hasta que llegara Carabineros a repeler a los agresores.
Las imágenes que se ven por televisión no muestran la realidad en toda su dimensión. Afortunadamente no asistí porque no hubiera podido evitar enfrentarme con esos maleantes.
Siento RABIA por la pérdida de valores patrios en esta generación de inadaptados hijos de la Concertación que han inculcado el desprecio a nuestras instituciones armadas, llegando al extremo en este gobierno de ocultar a los Edecanes en todas las ceremonias oficiales y como broche de oro, la eliminación de toda característica uniformada de nuestros héroes en los actuales billetes plásticos.
IMPOTENCIA al ver a nuestros Carabineros humillados por encapuchados que no muestran sus rostros y atacados sin posibilidad de defenderse para no verse posteriormente impugnados por los defensores de los derechos humanos. Ver a nuestros cadetes corriendo para no recibir pedradas de inadaptados cuando hace más de 50 años desfilábamos con nuestras cartucheras con balas de fogueo y reales, con entrenamiento anti disturbios para enfrentar situaciones como estas.
¡Cómo han cambiado los tiempos! ... Siento RABIA e IMPOTENCIA ... lamento que nuestro Ministro de Defensa, que tiene un hijo en la Escuela Naval, no adopte medidas que permitan a nuestras instituciones armadas recuperar su lugar en el alma de Chile.
Un abrazo a todos,
Roberto Thomson Molanphy
Teniente 1° (Sm BT) (R)
Santiago, 23 de Mayo de 2011.
EXCMO. SR.
SEBASTIAN PIÑERA ECHENIQUE
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA DE CHILE
PRESENTE
Estimado Sr. Presidente:
Convendrá conmigo que la escena de Cadetes de la Escuela Naval, indefensos, heridos o arrancando de manifestantes que los apedreaban, es patética. Como estará de acuerdo que la frase dirigida al Gobierno, escrita en twiter, por el ex jefe de la Comisión Militar del partido Comunista, gestionador de la internación de armas en Carrizal Bajo el año 1985; y hoy Honorable Diputado de la República Domingo Teiller, es increíble.
Unos y otro, protagonistas de un lamentable suceso acaecido en su Gobierno.
Los unos, representantes de nuestras Fuerzas Armadas, de ayer, hoy y siempre; y herederos y custodios de las Glorias de nuestras Instituciones; pero, sin embargo también, testigos permanentes, legatarios y depositarios de una campaña infamante, persistente y acusatoria de desprestigio, de persecución y de cárcel a sus viejos valores, encarcelados o procesados por “genocidas o asesinos”.
Quizás ha tenido éxito el objetivo que se fijó la Concertación de separar responsabilidades entre activos y pasivos de las FF.AA. Quizás ha calado hondo el que el mismo día de las Glorias Navales, ¡Qué coincidencia! el B.E. “Esmeralda” se haya establecido judicialmente, como centro de torturas.
¿Qué se ha logrado al fin con esto? La falta de respeto que vimos el 21 de Mayo.
Tropas que desfilan, apedreadas, ofendidas, por primera vez en la Historia.
Ni en los peores momentos de la UP, ni en los más delicados del Gobierno Militar.
Falta de respeto, carencia de ascendiente y de presencia e insuficiencia de apoyo para las Instituciones Armadas de la República. El primer cadete que hubiera reaccionado firmemente, estaría en estos momentos calificado de “provocador o golpista”, en el primer plano de las noticias, y sometido a declaraciones condenatorias; o quizás, conforme a lo que se ha visto, posiblemente, se estaría pensando en no realizar el desfile el próximo año.
Y no es broma, Sr. Presidente.
Al otro lado, el Honorable Diputado Domingo Teiller. Libre de polvo y paja, involucrado, junto a otros camaradas que se pasean tranquilamente por las calles, en la internación de armas que iban a causar muertes y asesinatos en nuestro país. De esto hacen 25 años. Y ahí está, sentado tranquilamente en el Congreso, ahora de cuello y buena corbata, recibiendo el afecto y el cariño de miembros de la Corporación, los únicos reconciliados, él no; y recibiendo su suculento sueldo con el aporte de todos los ciudadanos, incluidos aquellos que iban a ser exterminados, de haber tenido éxito su gestión.
“¡Cierren el Congreso, desgraciados!”, aprovechando su fuero.
Él, sus correligionarios y extensiones, protegidos por una cadena de instituciones, centros, agrupaciones, medios y recursos del Gobierno. Respaldados por museos, memoriales, parques y monumentos.
Toda una edificación de derechos humanos, a la que sólo tienen derecho….ellos. Los que no han creído nunca en los DD.HH.
Para el resto, no hay derechos humanos.
Su Excelencia, el Pdte. Aylwin cerebro de la ficción jurídica de “secuestro permanente” para los militares, indultó a todos los extremistas. Esta norma se ha eternizado para hacerla aflorar en cada ocasión por intereses electorales. Por dicho criterio, cientos de miembros de las FF.AA. desfilan en tribunales, están procesados o han sido encarcelados. Todo por hechos ocurridos hace 37 años (no los 25 de Carrizal Bajo), en que sus protagonistas están ancianos, enfermos, y por último, cumplían órdenes. Los mandatarios ya no responden: están muertos, gravemente enfermos, o sin razón.
Quien suscribe, y me atrevo a decir la mayoría de mis camaradas, votamos por V.E. porque escuchamos de sus labios que “se iba a velar por una justicia que se aplicara igualitariamente a todos los ciudadanos, sin distinción; que los procesos no iban a durar eternamente, que se iba a aplicar la presunción de inocencia y la prescripción de los delitos”. Por eso salí a celebrar su triunfo.
No pierdo las esperanzas y aguardo. Mientras tanto, sigo repasando las imágenes de Cadetes apedreados y huyendo, desprovistos de respeto, porque el temor a ser juzgados y vilipendiados, es más fuerte. Una pena.
Y del Diputado Teiller, tras la pachotada… nadie dijo nada.
Lo saluda muy atentamente,
General Hernán Núñez Manríquez.