Diciembre 10, domingo.
En este día, "Penacho Rojo", un hermoso colibrí, me miró y con su canto me señaló que había partido un soldado...un General de aquellos que ya no hay. Escuchando como todos los domingos música clásica en la radio, esa verdadera música, me enteré de que se había ido parte de mi vida.
Lo conocí a la edad de 10 años; mis padres me dijeron que aquella noche de octubre de 1972 debía "prestarle" mi pieza de nuestro hogar a aquel General, quien venía desde Santiago a Osorno, pasando Revista a los Regimientos del sur de Chile. Cenó esa noche con nosotros y le dijo a mi padre "Manuel, el próximo año usted se va destinado como Director de la Escuela de Ingenieros del Ejército a Tejas Verdes, San Antonio". Mi padre lo miró asombrado y le respondió: "mi General, me destinaron por cuatro años a este Regimiento..."
Y aquel General, de cálidos y penetrantes ojos azules le dijo: " el ' 73 lo quiero cerca de Santiago; a mi lado..."
Al día siguiente me subieron al helicóptero Bell UH-1 que llevaba a mi padre y a ese General a la ciudad de Puerto Montt. Para mí fue un sueño volar en esa nave por primera vez en mi corta existencia, y sin darme cuenta en ese momento con "quien" iba.
Han pasado 34 años y después de aquel vuelo viví muchas situaciones; tristes la mayoría, felices algunas. Pero Chile estaba libre luego del 11 de septiembre de 1973, y volví a ver a aquel General en octubre de ese año, esta vez en Bucalemu. También venía en helicóptero, pero más grande. Era un "Puma". Y yo me acordaba que mi primer vuelo había sido con aquel señor de ojos azules y de risa franca...y de su reloj cronómetro de fondo amarillo.
Hoy me ha llegado la noticia también desde una "nave" aérea....un colibrí al cual le doy agua y comida. Hoy llegó más tarde y mirándome mientras batía sus alas estacionario, le pregunté: "¿Qué ocurre Penacho Rojo?" Traía una noticia triste que no me quería decir. Había visto partir en otra "nave" a ese General con quien había compartido a mis diez años de edad el cielo azul y la tierra de la Patria por primera vez.
Se ha ido un General, el mejor. Se ha ido parte de mi vida con él. Sólo me queda darle gracias a Dios por haberlo traído a Chile...y ahora lo ha regresado en el vuelo eterno de los Héroes.
Manuel Contreras Valdebenito
