agosto 25, 2005




Agosto 25...hoy cumplo 43 años de edad.

Siento haber vivido y sufrido el doble. La imagen es de un veterano de la guerra de Vietnam "abrazando" los nombres de sus camaradas muertos en combate en el monumento en que se escribieron los casi sesenta mil soldados norteamericanos muertos en esa cruenta e injustificada lucha.

Vietnam es una de las guerras que más ha influído en mi historia personal desde el punto de vista como yo interpreto la historia de Chile los últimos 40 años. Volveremos a esa interpretación en el próximo capítulo cuando esté más frío, más mente que corazón.

¿Porqué la imagen?

Porque me interpreta en varios sentidos pero hoy lo escribiré desde el corazón. Y algo más como anécdota.

También siento esa pena de la foto por pérdidas de personas que se han ido de mi vida, ya sea amigos muertos por acción de la guerrilla urbana en nuestra Nación, accidentes y pérdidas emocionales. Sí, pérdidas emocionales que se entremezclan con mi historia y en algo con la historia de Chile.

Jamás he podido tener relaciones estables y duraderas con las muchas mujeres que se han cruzado en mi vida. Sigo soltero y sin hijos. Nunca pude formar una familia...y no estoy claro si es por los traumas que me dejó todo lo que he debido pasar o por problemas familiares que me afectaron como el menor de mi familia.

El tiempo lo dirá.

Hace exactamente diez años, en 1995, mi padre se encontraba internado bajo detención en el Hospital Naval de Talcahuano. Fuí a verlo desde Santiago cuando ya lo habían operado de su nueva colostomía, y la Armada me había entregado una tarjeta de identificación para ingresar a la Base Naval y alojarme en el Hotel de ésta.

Llegué más menos a la medianoche del 24 para el 25 de agosto ya que quería celebrar mi cumpleaños 33 junto a mi padre antes de que se lo llevaran a Punta Peuco. Me instalé en el Hotel y me dirigí al Hospital y estuve con él una hora hasta que llegaron "órdenes terminantes" que debía abandonar de inmediato la pieza en que se encontraba mi padre. Apareció un médico que de mala gana venía a dar el cumplimiento de la orden. Mi padre en su lecho de enfermo se indignó y le dijo al médico-marino que a un Almirante lo hubieran tratado mejor en el Hospital Militar. Pero yo al ver que le estaba subiendo la presión lo calmé y me retiré.

Al día siguiente muy temprano por la mañana me golpean la puerta de la pieza del Hotel y yo sin abrirla pregunté quién era y qué deseaba, y con voz de prepotente se identificó como un Capitán de Fragata (no recuerdo su nombre, ya que este blog no esconderá ninguno) que tenía "órdenes" de su Comandante de Navío de apellido Manzano de que yo me presentara de inmediato.

Casi lo mandé a la cresta y le dije que esperara a que me duchara, vistiera, tomara desayuno y que su Comandante esperara "mi visita".

Concurrí a la oficina de este Comandante (era el segundo de la Base y hoy es Vicealmirante) y muy atento me dijo que yo "había provocado problemas anoche por mi ingreso a horas no permitidas al Hospital". Lo miré y le expliqué que había viajado desde Santiago para estar junto a mi padre el día de mi cumpleaños, y que la Tarjeta de Identificación que se me había otorgado decía "Todo Horario". Se quedaron mudos y desechos en explicaciones. Me levanté y escucho por una radio interna que se encuentra en la habitación de mi padre el General de Ejército Comandante de la III División.

Estos marinos se quedaron mudos, y Manzano "amablemente" me pidió de vuelta la Tarjeta, lo que no hice (aún la tengo) y no le quedó otra que llevarme al Hospital, además de "putearse" en privado al prepotente del Capitán de Fragata que había armado él el escándalo.

Llegamos a la habitación y todo era sonrisas; se terminó el "incidente". Se fueron los uniformados y llegó a visitar a mi padre un diputado de la UDI el Sr. Ulloa, quien mantuvo estrechas relaciones con mi padre hasta enero de este año 2005. Hoy no contesta ni el teléfono.

Días antes de este hecho había recalado la Escuadra en Talcahuano y la mitad de los oficiales y muchos suboficiales fueron a ver a mi padre y le pidieron que les firmara tarjetas, quien lo hizo gustoso (la otra mitad no podía bajar). Cuando yo estuve volvió la Escuadra y la "otra mitad" de oficiales y suboficiales que restaban de esta Fuerza quisieron ir a ver a mi padre pero el Comandante Manzano se los prohibió por órdenes de su Almirante Balleresque (el mismo que dió por muerto a Merino en una ceremonia cuando aún estaba vivo, y que le costó la baja).

En fin...mi tema era lo emocional.

Días más tarde en Santiago (12 de septiembre) conocí por casualidad, gracias a unos amigos a una mujer estupenda, separada con hijas (siempre he tenido debilidad por mujeres separadas o casadas y un poco mayores que yo...¿será por no querer compromisos?) y me impresionó su fortaleza y tesón (además de su belleza: era alta, cuerpo atlético ya que había sido seleccionada nacional) porque viniendo de buena familia le había tocado la pobreza desde muy niña en San Bernardo junto a siete hermanos y una madre que como pudo los educó a todos.

Es Ingeniero Comercial de la Universidad de Santiago, MBA de la Adolfo Ibañez y trabajaba como Gerente de Marketing de una empresa de telecomunicaciones.

Me enamoré de inmediato y nuestro intenso romance comenzo un 24 de septiembre, apenas 12 días de conocernos. Fué de todo, buenos y malos momentos; teníamos el carácter y genio muy parecido pero nos llevábamos bien, salvo por....mi falta de trabajo estable, no tener bienes inmuebles ni cuenta bancaria ni menos ahorros.

¿Su debilidad? El materialismo; quizá debido a subir de la pobreza a una buena posición económica sin aprender muchos valores; sin embargo era correctísima, trabajadora y de un humor único, aunque algo ingenua.

Además con un ex marido que lloraba todos los días a sus familiares pidiendo que ella volviera y que le entregaría "el mundo".

Pero pasó el tiempo y R. no pescaba y seguíamos bien pero ella seguía con sus dudas por mi futuro ya que tenía dos hijas que mantener. Para colmo se enferma de un principio de cáncer del cuello uterino y la operan. Todo salió bien, salvo algo....

Quedó embarazada.

Jamás me habían dicho algo igual. Quedé helado, pero de felicidad. En cambio no su cara y me explicaba que no lo podía tener ya que no sabría "cómo explicarle a sus niñitas, perdería el trabajo...etc". Como la amaba accedí al aborto.

Pero pasaron los días y comprendí que ella no amaba la vida como yo y fue la última pelea: le dije que era capaz de matar de un tiro en la cabeza y de frente a un delincuente o con mis propias manos pero jamás a un hijo que venía en camino.

Hasta ahí quedamos.

Pasaron los días, y en un encuentro en Casa de Piedra estaba ella y me saludó y su hermano me dijo al final de la reunión de visita de un General norteamericano que R. tendría el hijo.
Pero seguíamos separados y ella seguía yendo a ver a mi padre a Punta Peuco con su embarazo de dos meses y en uno de esos viajes perdió la guagua. Nadie me quería contar.

El médico me dijo que por la enfermedad que había tenido se producían abortos espontáneos.

Nunca sabré la verdad...pero mi pena fue indescriptible. Jamás la volví a ver; ella regresó con su marido el cual le compró casa en La Dehesa...¡eso es lo que valgo! Para reirse, ¿no?

Quiso mucho a mi padre (ya que el de ella la abandonó siendo niña) y creo que también algo a mí. Con el tiempo la he entendido. Yo no era más que un idealista sin trabajo estable que había arriesgado mi vida muchas veces y no aterrizaba que la vida normal tiene otro norte. Tuvo razón en cambiarme por motivos económicos...aunque yo nunca lo habría hecho.

Ha sido la mujer que más he amado en mi vida y creo que aún estoy enamorado de ella y por eso hoy es mi pena de no tenerla junto a mi y ver su sonrisa, tener su olor en mi ropa y sentirla en lo que fue nuestro intenso amor,....oir su inteligencia y verla actuar en su fuerza de carácter y jamás rendirse por las dificultades...materiales. Era o es mi complemento.

Si lees esto R. te dedico la canción de Baglioni "Mille guiorni di te e di me".

Aún te amo, ya que contigo encontré la felicidad que nunca tuve y pude ver un mundo distinto, en paz, de familia, de vida...pero no tenía los medios materiales. Lo siento mucho y espero que seas feliz.

ANÉCDOTA: a mediados de octubre de 1995, un domingo, pasamos a la Rotisería de mi amigo Tito Martínez en San Carlos de Apoquindo en un centro comercial (R. vivía cerca) y me bajé a comprar unas cosas ya que íbamos a ver a mi padre a Punta Peuco; ella se quedó en el auto, compré y salí apurado, pero me crucé con un hombre de unos 45 años de anteojos y amable quien me quedó mirando.
Más tarde al volver, pasé de nuevo donde Tito y me contó que esa persona le había preguntado si yo "era el hijo del General Contreras", mi amigo lo afirmó y este personaje le dijo "dígale a su amigo Manuel que le envío saludos y todo mi apoyo a su padre injustamente condenado y encarcelado, de parte del Alcalde de Las Condes Joaquín Lavín" y que por favor nos presentara a penas se diera otra oportunidad.

¿Cómo nos cambia la vida o las ambiciones políticas Joaquín?


Ya, no los lateo más con las únicas penas que leerán de mí en este viaje con dirección norte y hacia el futuro.

Gracias por leerme y hasta pronto, que vienen más anécdotas y personajes que se verán tal como los ví; y les prometo que se impactarán y podrán mirar con otros ojos a la política chilena que no es más que un grupo de elitistas que en lo único que se diferencian es cómo engañan al pueblo, nos estrujan y viven muy...pero muy bien, tanto de izquierda como de derecha, por supuesto con honrosas excepciones por ambos lados.

Nos vemos.