agosto 31, 2005




Las imágenes son fuertes, crudas, en su realidad de la guerra cruenta y cruel de las primeras oleadas de desembarco de los Marines en Tarawa en la madrugada del 20 de noviembre de 1943. Están recibiendo fuego y están ya teniendo bajas sin haber aún desembarcado.

Yo aún no desembarco en mis primeras vivencias del fuego que Mi Guerra presenció y estoy teniendo fuego del "enemigo", y espero para el bien del objetivo de este blog, "sin bajas". Me refiero a que he sido amenazado y cohersionado a no continuar escribiendo.
Pero así como esos Marines no me detendré hasta vencer al enemigo y conquistar el objetivo, sin importar las bajas que tendré.

Por ahora me reservo los nombres de quienes me amenazaron pero de continuar, en estas páginas lo sabrán, asimismo los Tribunales de Justicia por habérseme amenzado en mi libre derecho contemplado en las Garantías Constitucionales, artículo 19 Nº 12 que dice: "La Constitución asegura a todas las personas: la libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio....".
De ocurrirme "algo" a mi persona, no se preocupen por la información que aquí trato de consignar ya que de pasar "eso", aparecerá un libro que no he publicado llamado "Agosto 25" que se encuentra a buen resguardo en Canadá.

Me saldré un poco hoy de la continuidad histórica de mi relato por noticias aparecidas estos días. Murió el General (r) Carlos Forestier, suegro del General Cheyre.
Este General era apreciado en el Ejército por sus cualidades de mando, su postura y el hecho de haber "creado" la gorra tipo "MF" (modelo Forestier) que seguía el estilo del Ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial.

Recuerdo que siendo cadete de la Escuela Militar en julio de 1979, nos encontrábamos en un ejercicio de combate en el norte de Chile y apareció nuestro General Forestier quien era por esa fecha ViceComandante en Jefe del Ejército. Y yo tenía por misión hacer explosar desde una buena distancia más de 40 kilos de explosivo en el desierto. Todos los que estábamos en mi posición teníamos los implementos de seguridad del caso, como cascos y gafas más el hecho de estar dentro de una "trinchera".
Y ahí llegó Forestier con uniforme de campaña pero con su famosa gorra, y al acercarse me ordena detonar la carga distante a unos cien metros en el desierto; se le dijo que se cubriera y pusiera casco pero no lo hizo. Cumplí mi orden y la explosión (que fué enorme para un cadete como yo de 16 años de edad) me lanzó hacia atrás y cayeron muchísimas piedras sobre nuestra posición, pero nuestro General ni se inmutó y me preguntó mi nombre diciéndole "cadete Manuel Contreras mi General"; me miró y me dijo "¿eres hijo del Mamo? y le respodí que sí; me dijo "igual a tu padre" riéndose por la forma en que había detonado la carga.

Ese mismo año (1979) mi padre se encontraba detenido en el Hospital Militar por el Caso de Extradición y yo cada salida que tenía de la Escuela Militar lo visitaba un rato, ya que siempre estaba ocupado; en una oportunidad me mostró una de las cientos de tarjetas que recibía (así como un "libro de visitas" que llevaba con el registro completo de las personas que lo visitaron, fecha y hora, y como ejemplo de los muchos puedo dar fe del hoy diputado Maximiano Errázuriz ya que lo ví y mi padre me lo presentó; éste años más tarde sería mi profesor adjunto de la cátedra de Derecho Romano en la Universidad Gabriela Mistral y se casaría con la hermana de una compañera de curso cuyo padre era de Requínoa y había sido alumno en su niñez de la tía de mi padre) y dentro de estas tarjetas había una del General Forestier con elogiosas palabras y terminaba "¡Gracias Amigo!" (de puño y letra, con el logo correspondiente a su alta investidura).

Nunca entendí ni pregunté que significado tenía ese agradecimiento hecho por Forestier a mi padre.


Al ver ayer 29 de agosto en la capilla de la Iglesia castrense a la señora Lucía Hiriart y a Carlos Cardoen en la misa de este General fallecido tuve dos recuerdos:

El primero es el hecho que el General Pinochet no quizo saber nunca más de Cardoen (a pesar que Carlos Cardoen cooperó muchísimo con armamento para las FFAA en la década del '70 debido a los embargos internacionales contra Chile) desde mediados de los '80 haciéndole un desaire en una Feria en que no entró a su "stand"; algo sabía Pinochet ya que Cardoen estaba cooperando con dineros para la oposición de la época y luego fué una gran mentor de Ricardo Lagos a quien le prestó su helicóptero para la campaña presidencial de este, y eso que Cardoen es un fugitivo para la justicia de EEUU.

El segundo se refiere a que Forestier trabajó muchos años con Cardoen y me acuerdo que en 1981 (finales) yo recién estaba trabajando para mi padre en la empresa de seguridad "Alfa-Omega" ubicada en la calle Santa Lucía de Santiago centro, un día aparece Cardoen y nos invita en la noche a una de sus fábricas ubicadas en Macul.
Mi padre se fué en el auto de Cardoen (un Mercedes Pagoda) y nosotros lo seguimos en el BWB.

Al llegar entramos a un salón en el que se encontraban unas personas que hablaban árabe (había un intérprete) y no se tomaron los tragos que un mozo servía. Luego se apagaron las luces y se reflectó una película sobre las actividades (material de guerra fabricado) de "Empresas Cardoen" y recuerdo que comenzaba con "Quienes somos..".

Finalizada esta reunión, los extranjeros se retiraron y Cardoen le propone a mi padre que trabaje con él. Mi padre le dice que ya salió del Ejército y ahora no desea "tener más jefes"; luego Cardoen se dirige a mí y me ofrece lo mismo diciéndome que está haciendo unas fábricas en España e Irak; pero también me negué (agradeciéndole el gesto) ya que tenía pensado estudiar derecho el próximo año.
Nunca más lo ví; al menos yo.

Por los años '90 me encontraba con mi padre en el campo de Fresia (El Viejo Roble) y fuimos a Puerto Varas una noche a cenar a un restaurante de un amigo, y ahí se encontraba uno de los hijos de Cardoen que recién se había casado. Se sentó junto a nosotros y al pasar la noche y los tragos, este joven le pidió a mi padre que le escribiera unas palabra a modo de "autógrafo" en una servilleta para él, cosa que mi padre hizo.

En 1997 conocí a una persona (ex oficial de Carabineros) que había trabajado en la seguridad de la familia de Cardoen y me dijo que "esa servilleta con las palabras de mi padre para el hijo de su Jefe" las había visto enmarcada y colgada en la pared de la oficina de este joven.


Curiosidades de la vida....!

Nos vemos si nada ocurre con los "amenazadores". Estoy temblando de miedo (ja ja ja).